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Reportaje a Naco Medina
Los pliegues de la memoria
Comenzamos contando al revés, por la última pregunta que le hicimos a Naco: Y la pregunta fue: Se habla de profundizar el modelo, sin embargo no hay un marco teórico sino un gran espacio de voluntad de avanzar, entonces ¿Qué sería profundizar el modelo? Yo creo –dijo Naco- que hay un marco teórico, pasa que no está escrito, que se avanza ante hechos concretos. Este gobierno y sobre todo cuando comienza a gobernar el país Néstor Kirchner, no había tiempo de pensar el marco teórico. Había que salir del infierno. Y ya se salió.
Ahora, lo que yo veo, digamos, lo que interpreto como profundización del modelo kirchnerista, veo un millón de lotes y veo arriba de esos lotes, un millón de nuevas viviendas. Estoy hablando de los despojados de antes que ahora ya tienen trabajo y no pueden tener su vivienda propia.
También veo la necesidad de impulsar una nueva ley sobre la propiedad de la tierra. Hay que crear miles de cooperativas agropecuarias, hay que darle elementos y tierra. También tenemos que plantar los ferrocarriles dentro de la nueva realidad del país. Tenemos que rehacer la Flota Fluvial Argentina, profundizar la industrialización como bien lo dijo Cristina, los agroproductos con valor agregado. Tenemos una lucha cultural apasionante por delante. No sólo en que país queremos sino como queremos vivir: creo que esta cultura del consumo por el consumo mismo no tiene sentido. Yo veo como una refundación y no sólo nuestra, sino latinoamericana.
-¿Refundar Latinoamérica?
Eso salió a la luz en Mar del Plata con el No el Alca. Es un continente que se mueve hermanado desde la conquista. Y si ahora tenemos un indígena de presidente en Bolivia, si tenemos un Tupamaro en Uruguay, si hay una presidenta brasilera que fue guerrillera como es Dilma, o tenemos a Chávez, a Correa, es consecuencia del reflejo de nuestros pueblos. Ahora, avanzar requiere economías que se intercalen y ese territorio Néstor dejó mucho sembrado. Pero aquí tampoco podemos olvidar como se fraguó el Plan Cóndor, como nos impusieron dictaduras para luego imponernos como yapa trágica, el neoliberalismo, etapa que culminamos como países saqueados como fuimos saqueados por los capitales especulativos, por los grupos económicos. ¿Se da cuenta? ¿Es una utopía pensarnos como países independientes, libres pero juntos? Por ahí pasa el futuro.
-¿Y el futuro de este modelo tiene su nuevo paso en el millón de lotes?
Y el millón de casas…
Reseña del compañero
Todos los hombres tienen marcado su tiempo en la piel de la memoria. Y ahora Naco Medina nos cuenta como fue ser dentro de su etapa. Naco nació hace 34 años en Marcos Paz, es padre de un hijo, Felipe y Analía, su compañera –entre ellos todo comenzó la noche de la fiesta de egresados del colegio Nacional de Marcos Paz-, está esperando otro. Naco es referente del Frente Transversal y candidato a diputado provincial por el FpV en la Primera Sección Electoral de provincia de Buenos Aires. ¿Quién fue Marcos Paz? Un gorila. Fue Vicepresidente de Mitre y gobernador de Tucumán. Un gorila, pero como cuando nació el pueblito ellos se ponían sus propios nombres –ellos los que habían ganado el país-, eso quedó.
Cuando yo era chico, Marcos Paz era un pueblito de campo, ahora tiene 60 mil habitantes, pertenece al llamado conurbano y es realmente un dormitorio. Casi no hay industrias. Y eso es consecuencia de una no planificación de una sociedad. Hay que llevar la fábrica al interior y no que un pueblo tenga que salir cada mañana y viajar hacia las fábricas.
-¿Como fue que ingresó en los movimientos sociales y demás…?
Creamos el centro de estudiantes en la secundaria y me eligieron director. Pero antes, no sé, mi abuelo que era peronista y salía a los barrios a hablar con los compañeros. Y yo lo acompañaba. Íbamos en bicicleta. Mi vieja también estaba a la Unidad Básica. Pero lo de mi abuelo, eso de ir a todos lados y escuchar. Era, para la mirada de un chico, ver hablar de sueños, de solidaridad. Hay algo que se lleva desde ese espacio que es la infancia. Después ya en la secundaria y un poco más, comenzamos estirando la frontera, sacamos una revista cultural. Me gustaba escribir, un poco de prosa, poesía.
-Sigue escribiendo?
No. Ya no. Eso se fue perdiendo. La militancia te come la vida.
-No se puede estar en la misa y en la procesión…
Tiene que ver con nuestra época. Hubo que salir a poner. Si se piensa en los años 90, cuando ya se venía cayendo todo, había que resistir y era estar y estar. Después entre en la facultad de sicología, en la UBA. Y siempre en mi pueblo. Y por eso de estar de este lado, de los despojados y con los gobiernos de turno me tocó habitar la resistencia. Ahora me acuerdo, estuve en la CTA cuando se hizo la primera huelga contra el Alca –que nadie se enteró pero sembramos, sembramos Mar del Plata sin saberlo.
Uno lo sabe ahora, pero un pueblo que votó dos veces a Menem, era difícil de comprender y como país nos veníamos derrumbando. El neoliberalismo arrasaba y lo peor es que parecían invencibles. Bueno. Yo me recibo y entro a trabajar en un sanatorio estatal had honoren. Me dije un año trabajo gratis por lo que me dio el país. Devolver eso, ¿no? O algo. No se, seguimos juntos con otros pibes, fundamos Rayito de Sol y después ya nos fijamos metas y fundamos el Movimiento Plátano…
-¿Siempre en Marcos Paz?
Sí. Yo sigo viviendo en mi pueblo. Y Plátano era en principio, un grupo cultural y éramos todos amigos. Estar junto creando era como tomar aire por lo que venía pasando afuera. Y nos fuimos haciendo fuerte. Por ahí dábamos cine o traíamos a compañeros como Galasso, o Rubén Dri, y metíamos talleres, una granja colectiva. Yo había entrado en el Consejo del Menor y estuve trabajando el la Colonia Hogar Ricardo Gutiérrez. Una colonia fundada por Roca. Eran 1000 hectáreas y ahí era donde llevaban a los pibes menores. Y uno estaba dando terapia pero pensando que los pibes no tenían destino o ese era el destino que les tenían preparado. La droga y la cárcel.
No es fácil contar la vida y la relación que existe entre lo social y lo propio. Se da naturalmente. Los que hemos nacido a la etapa adulta en medio de una crisis producto del neoliberalismo que culmina con una rebelión popular como fue la del 2001, tenemos esa marca. La marca de la resistencia, que no era la resistencia del luche y vuelve de la generación anterior, sino ganar la calle, las tomas de ruta, llevar comida a los barrios carenciados. Y vos estás buscando una bolsa de harina para llevar al barrio y te enterás que tenés veinte nuevos compañeros desocupados. Yo creo que esa historia no está escrita o está escrita en el alma de todos nosotros.
-Damos un salto ¿Cómo llegas al Frente Transversal?
Yo, a Edgardo (Depetri) lo conocía desde el Frenapo, de la CTA o del trabajo territorial. Pero antes nos metimos en un Centro de Salud Ramón Carrillo, hicimos huertas, hicimos pan, todo por distintos barrios no solo en Marcos Paz. El Movimiento Plátano fue creciendo, y la mayoría eran pibes, toda juventud. Y muchos. Entonces se nos plantea el problema de qué hacer. Seguir sólo o meternos en un movimiento con proyección nacional. Yo ya estaba trabajando con las Madres.
-¿Con Hebe? Estuviste en muchos lados.
Sí. Buscando. Y Hebe me mandaba a hablar con Edgardo. Y ahí ya hicimos una charla con el grupo nuestro y nos integramos al Frente Transversal. Con todo el Movimiento Plátano. Si, nos vinimos en masa. Era tener una visión más amplia. Pero esta incorporación fue en otra etapa. Ya estábamos saliendo, ya estaba Néstor Kirchner como presidente. Y Néstor se echó el proyecto al hombro, casi empujando sólo. Entonces esa es la historia que uno lleva marcada. De pibe la dictadura y la brutalidad del neoliberalismo. Y ahora esto. Por eso caló profundo “la guerra gaucha” y la 125 y las traiciones que ahí se vieron. Eso demostró que te estaban esperando para voltearte.
-¿Y ahora, Naco, como se releva lo que estamos viviendo ahora?
Ahora estamos ante una elección que va a definir en mucho la historia de hacia donde vamos como país. Yo creo que tenemos que hacer mucha fuerza para que Cristina gane por más del 60 por ciento. Yo ya le conté, no me puedo olvidar de lo que pasamos en la 125. Como esos diputados del pejota estaban esperando la oportunidad para darse vuelta y hundir a Cristina y al proyecto nacional.
Hay mucho que cambiar, y un Congreso que apoye y profundice el cambio es lo que necesitamos. Insisto, si nos olvidamos de la 125 y de lo cerca que estuvieron de voltearnos, nos vamos a olvidar del golpe del 55 y ya no tenemos memoria. Los grupos económicos, los formadores de precios, la oligarquía agropecuaria –aun con sus cambios internos- siguen siendo enemigos de un proyecto nacional. Ellos son aliados a los intereses imperiales, no les interesa un pueblo próspero, creciendo, independiente y con el conjunto de Latinoamérica. Entonces no hay que olvidar.
Yo creo que estamos avanzando en ese sentido, pero tengo mucha duda de cómo se comportarían algunos de los barones del conurbano o gobernadores que ahora se cuelgan de Cristina para sacar votos -porque ellos son así, se prenden del que gana. Pero yo creo que está claro que no son tuyos, no están de tu lado. Entonces hay que ver como se mueven las fichas. Yo creo que junto a sectores del pejota, con Mariotto, Buodou, La Cámpora, los movimientos sociales, todos juntos vamos sumando en el avance, profundizando el modelo.
Y aquí vino la pregunta del inicio de esta nota: ¿Qué es profundizar un modelo que no tiene nombre ni marco teórico?
No tiene nombre, todavía. Pero yo veo un millón de lotes y veo arriba de esos lotes, un millón de nuevas viviendas. Estoy hablando de los despojados de antes que ahora ya tienen trabajo y no pueden tener su vivienda propia. Mire, si uno escucha atentamente a Cristina, ve que ella está proponiendo un país y un continente para todos. Que este es nuestro momento en la historia. Y la historia de un pueblo es como la historia de la vida de una persona: hay pocas oportunidades y el tren no te espera. Hay que saber eso, no podemos perder la oportunidad.
-¿Por eso un millón de lotes?
Por eso. Y un millón de casas. No lo olvide. No olvide Cristina 2011. Hay que arrasar…