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Denuncia Cuba campaña desinformación
Prensa Latina
La Habana, 16 may (PL) Cuba denunció hoy las campañas de desinformación orquestadas por Estados Unidos con la complicidad de sus aliados europeos y los intereses que controlan los grandes medios de comunicación, en un editorial publicado hoy por el diario Granma.
La más reciente campaña -denunció- es la tergiversación del fallecimiento del contrarrevolucionario Wilfredo Soto García.
Con toda desvergüenza, -señaló el editorial- pujaron por convertir una pancreatitis en un asesinato político; una justificada detención policial de menos de tres horas por alteración del orden, sin el menor uso de la fuerza, en una golpiza mortal; una persona con antecedentes delictivos, sancionada a dos años de privación de libertad, en un disidente político, víctima de larga condena.
El pueblo comparte la protesta de la familia cuyo dolor se ofende y la indignación de los médicos a quienes prácticamente se acusa de complicidad en un homicidio.
Los políticos mentirosos, los medios de prensa que calumniaron por interés político y los periodistas que reportaron un hecho que no existió, sin intentar una mínima confirmación, no debieran tener impunidad. Por lo menos, deberían confesar el error y pedir excusas a la familia cuyo duelo no respetaron, apuntó el editorial.
Todos ellos callan -continuó la nota- ante el millón de muertos civiles en Iraq y Afganistán a los que definen como "daños colaterales" y ante las ejecuciones extrajudiciales con aviones no tripulados en países soberanos.
Guardan prudente silencio -señaló el diario- ante el uso de la tortura, apañan la existencia de cárceles norteamericanas secretas en Europa, impiden la investigación de los crímenes cometidos en Abu Ghraib y la Base Naval de Guantánamo, que se usurpa a Cuba, y de los vuelos secretos de la CIA con personas secuestradas en otros Estados.
Tampoco se conmueven ante la forma brutal en que los gobiernos en Europa descargan en los más pobres y en los inmigrantes las consecuencias de la crisis económica. Miran a otro lado, cuando se reprime con inusitada violencia a desempleados o estudiantes en esas sociedades opulentas.
Sin embargo, andan a la caza de pretextos para denigrar a Cuba. Y a falta de estos, los fabrican.
El legislador David Rivera, célebre por corrupción electoral y sus campañas extremistas para eliminar el derecho de los cubanos emigrados a viajar a su país, que hace solo unas semanas acusó al presidente Carter de ser "un agente cubano", afirmó bajo juramento en el Congreso de los Estados Unidos que el fallecido "cayó asesinado a golpes y bastonazos en el céntrico Parque Vidal de Villa Clara, el domingo pasado".
Ni siquiera se molestó en verificar que hasta los peor intencionados reconocen que estuvo en el parque, antes y después de la breve detención, el jueves 5 de mayo, y no el domingo, cuando ya estaba hospitalizado. No sorprende que mienta, pero sí que lo haga tan torpemente, acotó la nota.
Un tal Salafranca, europarlamentario del Partido Popular, de muchos méritos anticubanos y proyanquis, quien dice que los informes sobre los vuelos secretos de la CIA no aportan datos adicionales y se tapa los ojos para abstenerse sobre cualquier condena, aseguró en el Parlamento Europeo que la persona "falleció luego de su detención y golpiza por parte de la policía cubana".
El País, de la España del Grupo Prisa y las confabulaciones del PP, publicó un despacho con el título "Muere un disidente cubano tras recibir una paliza de la policía".
ABC, históricamente al servicio de las peores causas, reseñó "Muere opositor cubano tras una paliza de la policía castrista". No les interesa confirmar la veracidad de los supuestos hechos y ni siquiera se molestan en disimular el contubernio con títulos diferentes.
Insólitamente, hasta el propio Presidente Barack Obama, en Miami y ante una pregunta de la bien tendenciosa cadena Univisión, aunque dijo que faltaban por precisar detalles, se pronunció también sobre los sucesos del Parque Vidal que nunca ocurrieron.
Es curioso que Obama, siempre tan ocupado, pueda retener en su memoria el caso de una persona detenida en un parque cubano al que pudo regresar un rato después.
Sin embargo, no ha dicho nada y posiblemente ni recuerde el rostro angustiado o el relato de la niña iraquí Samar Hassan, publicado en el diario The New York Times, el pasado 7 de mayo, mientras narraba la terrible experiencia del asesinato de sus padres por una patrulla norteamericana, cuando regresaban del hospital tras curar las heridas de su hermanito.
En el pasado, se ha tratado de aislar a Cuba o de provocar desórdenes internos para provocar una intervención norteamericana. ¿Qué se pretende con estas campañas? ¿Solo denigrar o algo peor? ¿Será que a los que mueven los hilos y a sus asalariados internos les encantaría invocar la "protección de civiles" para bombardear La Habana?
El pueblo de Cuba -resaltó el editorial- no se dejará confundir por los contrarrevolucionarios internos que buscan el pretexto mediático para promover un conflicto con Estados Unidos y sabrá responder con serenidad y firmeza ante las acciones de estos mercenarios.