Aquella movida que compartimos con tantos compañeros teatristas, y que significara, desde la cultura, y desde la comunidad en general, uno de los primeros anuncios de que el fin de la censura y la represión, estaba próximo.

Que el mensaje de Rodolfo Walsh, sobre la necesidad de "derrotar el terror, y ejercer la satisfacción de un acto de libertad", comenzaba a germinar en muchos de nosotros.

Un laburante de la cultura, Osvaldo "Chacho" Dragún, convocaba a sus compañeros dramaturgos, para enfrentar la censura y la prohibición que muchos de ellos padecían en los medios y en los ámbitos oficiales.

Y todos decidimos subirnos a ese andamiaje teatral: los directores, los actores, los escenógrafos, los técnicos y los músicos.

Todos discutiendo en el ámbito democrático de la asamblea, la estrategia para enfrentar desde el teatro a los represores.

Todos disfrutando de cada personaje, y de cada desafío del hecho creativo.

Todos resignificando el teatro como hecho político y movilizador, hacia el interior de la sociedad.

Todos listos para el reemplazo de cualquier compañero que necesitaba guardarse.

Todos ejerciendo el miedo y la obstinación que la militancia conlleva.

Y todos redoblando la apuesta, cuando el fuego asesino se llevó el Picadero, y la solidaridad del Tabarís aplaudió de pie y agotó las entradas.

Fueron, -y son-, 30 años, que nunca pasaron del todo. Porque mantienen viva en nosotros la convicción de recuperarlos. Como tantos otros "recuperos" logrados hasta hoy. La democracia, la libertad, la justicia, los nietos, la dignidad, el trabajo, la lucha.

Y por todo lo que falta profundizar, y que también conseguiremos juntos, aunque mucho esté cada vez más cerca.

Como la reapertura del Picadero, donde todos estaremos el 28 de Julio.

Norberto Gonzalo, Actor Sec. de Cultura CTA Nacional