Porque además de diversificar la oferta de miradas y contenidos culturales, al incluir canales como Pakapaka, Incaa TV o Telesur, le pone límite a los privilegios de ciertos actores poderosos, como Cablevisión, del Grupo Clarín, que históricamente se sintieron con derecho a hacer lo que se les antojaba y ponerse por encima de una ley del Congreso. 

Así, la política le vuelve a poner coto a las ambiciones sectoriales de las corporaciones, mediáticas en este caso. Una sana costumbre de esta última etapa de la democracia argentina. 

Desde la Central de Trabajadores de la Argentina, entonces, celebramos esta novedad y seguimos militando por una comunicación cada vez más amplia e inclusiva.