Contra la violencia hacia las mujeres

, por  Luis Gianinni , popularidad : 34%

Con el recuerdo de las hermanas Mirabal, cuyo asesinato a manos del dictador Trujillo dio origen a esta jornada internacional de la No violencia contra las mujeres, desde la CTA Río Negro expresamos que mucho hay por hacer en nuestra sociedad patriarcal, machista e hiperconsumista, para terminar con este flagelo que representa la verdadera inseguridad. La de estar rodeadas/os de energúmenos que actúan desde la cobardía de la violencia machista, a partir de una cultura dominante hipócrita que se proclama democrática, pero igual promueve prácticas violentas en forma cotidiana y explícita. 

La violencia de género es una violación a los derechos humanos y un problema social complejo de enormes dimensiones. La Ley integral Nº 26.485 representa un avance cualitativo fundamental que cambia el paradigma de abordaje al comprender varios tipos de violencia y diversas modalidades, así como el reconocimiento de obligaciones por parte del Estado y de la comunidad. Al cambio del marco legal hay que acompañarlo con cambios culturales que aún vemos lejos cuando se constata que muchos son los femicidios perpetrados por ex parejas, constituyendo en muchos casos, en el último eslabón de una larga cadena de violencias.

La aplicación de ESI, Educación Sexual Integral, en todas las escuelas y en todos los niveles es una apuesta a largo plazo. Hoy necesitamos del pendiente plan nacional previsto por la ley que supone infraestructura, presupuesto y más personal y, en cada jurisdicción de mesas intersectoriales para la articulación de políticas, definición de lineamientos de atención y prevención, de difusión de recurseros (guías para realizar trámites y denuncias cuando hay situaciones de violencia y abuso), de promover campañas de prevención y de conformación de equipos interdisciplinarios de atención de la víctima.

En Río Negro, a través del Consejo Provincial de las Mujeres se está avanzando en distintas articulaciones y protocolos y vemos cómo en cada consejo local se plantea la necesidad de un refugio, así como de más recursos y personal para dar respuesta a la demanda creciente de atención. Las mujeres demandan por el derecho fundamental a vivir libre de violencias. Por eso instamos a las autoridades provinciales y locales a profundizar todas las medidas necesarias que garanticen la vigencia de este derecho humano fundamental para las mujeres. Basta de femicidios. 

Luis Giannini, secretario general y María Cristina Bay, secretaria de Género de la CTA Río Negro.

Referencia histórica

El 25 de noviembre de 1960, los cuerpos de las tres hermanas Mirabal se encontraron en el fondo de un acantilado en la costa de la República Dominicana. Aquel acontecimiento, que fue vendido a la prensa como un trágico accidente por Trujillo, el dictador dominicano que dio la orden de acabar con ellas, contribuyó a despertar la conciencia entre la población, que culminó, seis meses después, con el asesinato del caudillo.
En honor a estas tres valientes hermanas asesinadas a garrotazos, que se habían convertido en auténticas heroínas de la lucha clandestina antitrujillista, se conmemora cada año en esta fecha elDía Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países.

Patria, Minerva y María Teresa, así se llamaban las hermanas, nacieron y crecieron en el seno de una familia rural acomodada en el paraje de Ojo de Agua, en Salcedo, el municipio más importante de la provincia que se rebautizó más tarde, y en honor a ellas, con el nombre de Hermanas Mirabal.
Estas mujeres, que habían mostrado un interés muy temprano por los estudios, dedicaron gran parte de su corta vida a luchar por la libertad política de su país, oponiéndose firmemente a una de las tiranías más opresoras y duras que tenía Latinoamérica: la de Rafael Leónidas Trujillo, conocido también como «El Jefe», «El Generalísimo», «El Chivo» o «El Chapita», por su afición desmedida por las condecoraciones.
El mismo hombre, protagonista de uno de los más acusados cultos a la personalidad del siglo XX, que arrebató casi toda la fortuna a su familia cuando llegó al poder. Convencidas «Las Mariposas» –así eran conocidas entre sus compañeros de lucha– de que Trujillo llevaría al país a un auténtico caos, decidieron formar el grupo de oposición «Agrupación Política 14 de Junio».
A causa de su persistente actividad rebelde, fueron encarceladas y torturadas en no pocas ocasiones, a pesar de los cual decidieron continuar luchando con el único objetivo de acabar con la dictadura.
Cuando «El Chivo» comprobó que la cárcel no era suficiente para detener aquella actividad clandestina, a la que cada día se iban uniendo más adeptos, decidió acabar con ellas. Eran los últimos años de la década de los 50, en los que se estaba despertando una fuerte inquietud social en toda América Latina, con la caída de varios dictadores y el triunfo de Fidel Castro.
Las hermanas Mirabal habían comentado a sus maridos, en una visita a la cárcel donde se encontraban recluidos, los rumores que circulaban en Salcedo sobre la posibilidad que sufrieran un «accidente», como se denominaba entonces a la manera que utilizaba el régimen de ordenar la desaparición de un opositor importante, con la supuesta intención de ocultar el crimen.
Uno de los esposos, Manolo, sugirió que debían acabar con los viajes y marcharseviar el mensaje a Puerto Plata para evitar el paso por las carreteras, pero ya era tarde: la orden de asesinar a las hermanas ya había sido dada.
Cinco miembros del Servicio de Inteligencia Militar detuvieron el jeep en el que regresaban de la prisión, las introdujeron a empujones en un coche y las llevaron a un lugar previamente escogido, cerca de La Cumbre.
Eran aproximadamente las 19:30. Allí las mataron a golpes y colocaron sus cadáveres en el jeep, antes de arrojarlo por el precipicio.
Ciriaco de la Rosa, uno de los asesinos, lo contaría más tarde: «Después de apresarlas, las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas […] Traté de evitar este horrendo crimen, pero no pude, porque tenía órdenes directas de Trujillo y Johnny Abbes García. De lo contrario, nos hubieran liquidado a todos». (publicado en www.abc.es)

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