Imaginemos que un mediodía cualquiera vamos a Plaza de Mayo. Que vamos a trabajar, a realizar un trámite, a pasear o a llevar a nuestros hijos o nietos para mostrarles la Casa Rosada, los Granaderos, la Pirámide, la Catedral o el Cabildo.
Imaginemos que nos bajamos del colectivo, del taxi, que (…)