José Urreli. El Chapu. Compañero de la CTA, metalúrgico, militante social de toda la vida; uno de los fundadores del Movimiento Territorial Liberación. Hace ya diez años. “Nos hicimos cargo de un momento histórico”, dice Urreli entrevistado por Prensa CTA. “Porque en aquellos días de 2001 no sólo teníamos una tremenda crisis de gobernabilidad, sino que, también, estaba en crisis la representatividad política del Campo Popular”.

“Fuimos parte de un colectivo social que comenzó a gestarse entre los años ’97-’98 como respuesta a las políticas económicas del neoliberalismo traducidas en hambre y desocupación, represión y miseria, muerte y olvido”, rememora el Chapu Urreli, actual coordinador Nacional del MTL. Y agrega: “No había otra que salir a la calle a organizar a los compañeros”.

En el recuerdo surgen por peso propio aquellos históricos cortes de rutas y caminos, en La Matanza, provincia de Buenos Aires, en el marco de los planes de lucha del Bloque Piquetero Nacional y la Federación de Tierra y Vivienda. “En nuestra declaración de principios siempre tuvimos en claro tres consignas”, dice Urreli. Y enumera: “Quiénes somos. De dónde venimos. A dónde vamos”.

Etapas de un crecimiento

En una primera etapa se focalizó la atención en la demanda urgente, esto es, comida para los compañeros. “Salimos a buscar alimento y planes sociales”, apunta Urreli: “La situación era dramática, desesperante, muchos compañeros no tenían nada para comer”, resalta.

Luego se instruyó una segunda etapa: la de recuperar la cultura del Trabajo que le habían quitado al pueblo argentino. Allí entonces se comienzan a formalizar las primeras cooperativas, los micro-emprendimientos productivos, los proyectos comunitarios de todo tipo: huertas, panificadoras, carpinterías, talleres textiles, viviendas. “Se buscó un cambio de paradigma”, señala el Chapu Urreli, “donde los compañeros, solidariamente, resolvieran su situación de exclusión y además aprendieran un oficio”.

La tercera etapa se está transitando, y está vinculada a la lucha ideológica, de clase, contra-cultural, es decir, la formación y la capacitación política de los futuros cuadros del Campo Popular. “Ese es el gran desafío”, destaca Urreli: “Porque en este tiempo es necesario e imprescindible estar preparados para la gestión y el desarrollo de políticas públicas. Este es, ahora, el rumbo táctico y estratégico que vamos buscando”, insiste.

Logros y desafíos

Sobre el final de la entrevista, el compañero Urreli se detiene a subrayar el principal logro del MTL en estos diez años de lucha en la arena de las ideas políticas. Y no lo duda, cuando dice que lo mejor es seguir existiendo, creciendo todos los días, con errores y aciertos, con idas y venidas, “lo bueno –dice– es que nuestro Movimiento hoy está constituido como un actor de relieve en el escenario político de la Argentina”.

Por último, el Chapu se asienta en el gran desafío de cara al futuro. Y dice: “Sin lugar a dudas, lo más importante será seguir bregando por la unidad del Campo Popular, luchando contra la dispersión y el empobrecimiento ideológico. Porque ya no podemos confundir más al enemigo. El rumbo político que inició Néstor Kirchner y continuó Cristina es positivo para las clases populares, pero debemos profundizarlo y fortalecerlo”.

“Para nosotros”, concluye Urreli, “las transformaciones políticas se dan dentro del conflicto social. Entre la unidad y la disputa, siempre está el cambio. Todavía queda mucho por hacer, mucho, porque algunas matrices económicas siguen intactas. Entonces, tenemos que asumir el compromiso de cambiarlas”.

Foto India Rodríguez