No son novedosos los nefastos métodos de montar campañas difamatorias para desprestigiar a personas que con su honor y valentía empiezan a mover las estructuras de sistemas corporativos que pretenden perpetuar su poder cueste lo que cueste, en contra de los intereses de las mayorías. Estas maniobras, sobre todo periodísticas, defienden intereses particulares, que se ven cuestionados por el accionar de la Sra. Procuradora.
Recordemos que la Dra. Gils Carbó fue nombrada hace poco tiempo en su cargo, después de haber superado un duro proceso de selección, donde se demostró tanto su idoneidad como su desempeño ético, y que se ha puesto al frente de un movimiento que tiene como objetivo el cuestionamiento y consecuente transformación del sistema Judicial imperante en la Argentina.
Hoy en día la Justicia constituye una corporación alejada de los ciudadanos, protectora de privilegios de unos pocos e inaccesible para las mayorías. No es esa la Justicia que nuestro pueblo merece, y por eso ese colectivo encabezado por la Dra. Gils Carbó se ha plantado para debatir y poner en marcha esa transformación que estos tiempos requieren: para que la Justicia esté a la altura de las necesidades del pueblo y se ponga a su servicio, tal como deben funcionar los poderes del Estado. Quienes buscan desprestigiar a la Procuradora son los mismos que ponen palos en esta rueda que avanza indefectiblemente hacia una verdadera democratización de la Justicia.
Como trabajadores tenemos plena conciencia de que en la actualidad y en líneas generales, el poder judicial funciona como un freno a los reclamos de los sectores populares, muchos de los cuales, los más humildes, ni siquiera tienen acceso, son ignorados por un sistema que está moldeado para resguardar y garantizar los intereses y privilegios de los estamentos más poderosos de la sociedad.
Repudiamos la campaña difamatoria en contra de la Dra. Gils Carbó; queremos una Justicia democrática, para todos y todas, y convocamos a los trabajadores y trabajadoras a seguir debatiendo y cuestionando, a pesar de las fuertes resistencias que demuestran quienes ejercen poderes fácticos, económicos y corporativos. Sectores que, al ver que se tocan sus intereses y privilegios, buscan hacernos retroceder en este camino de logros y lucha permanente que siempre nos debe encontrar unidos, abiertos al debate y así capaces de transformar las obsoletas estructuras en función de una Patria más justa.
