Portada del sitio > La Central > Protagonistas de la liberación y de la lucha antiimperialista

, por CTA Comunica

Discurso de Hugo Yasky en Villa Domínico

Protagonistas de la liberación y de la lucha antiimperialista

En una conmovedora intervención, el secretario general de la CTA de los Trabajadores llamó a todos los afiliados a fortalecer la organización, defender lo conquistado y avanzar por lo que falta.

Compañeras y compañeros: nosotros sentimos que estamos en el camino correcto porque hoy tenemos más de 50 organizaciones en la CTA. Cuadruplicamos la cantidad de organizaciones que teníamos en la CTA desde la fractura hasta este momento. La CTA crece, no por regalo de nadie. No por acuerdo entre dirigentes. El que ingresa a la CTA lo hace en un acto absolutamente libre y consciente, con la decisión de sumarse a la construcción de una herramienta de la clase trabajadora para ser protagonistas de la construcción de la liberación de nuestro pueblo y de la lucha antiimperialista. Porque este es el compromiso que tenemos: compromiso con la clase trabajadora y compromiso en la lucha nacional.

Empezamos diciendo: Ni de los buitres, Ni de las patronales. Es decir, una central profundamente antiimperialista, profundamente comprometida con la lucha de clases, porque en la Argentina la clase dominante que se llama Sociedad Rural, que se llama corporaciones financieras, grupo sojero, multinacionales, cámara de comercio argentino-estadounidense; que se llama banca financiera, esa clase dominante que, además, maneja los grandes multimedios, tiene enfrente una clase trabajadora que aunque hoy no pueda expresarlo en unidad, reunida en un programa de transformación, esa clase trabajadora sabe, intuye, que tiene que defender la continuidad de este proyecto político. Que tiene que ponerle un freno a los que quieren que volvamos a la Argentina del ajuste, con el proyecto de destrucción.

Por supuesto que el compromiso con la defensa de lo que conquistamos, tiene que ver con la convicción de que todo que plantearon los compañeros que me precedieron, no se puede lograr en un país abstracto. No es lo mismo hablar de luchar contra el trabajo no registrado, recuperar derechos, de ir por más, cuando el que gobierna es Macri, Sergio Massa, o cualquiera de los secuaces que el neoliberalismo quiere poner en la Casa Rosada; no es lo mismo.

Nosotros podemos defender y profundizar las conquistas si en este país el fin de ciclo con el que sueñan, el fin de ciclo con el que se erotizan en las noches, Mariano Grondona, Magnetto, los dueños de la Sociedad Rural, todos esos personajes que lo que quieren es volver la Argentina para atrás, ese fin de ciclo, si realmente se pudiera concretar, sería retroceso para los trabajadores.

Pero fíjense ustedes, vaticinaban un fin de ciclo en Brasil, y ganó el PT, y ganó el pueblo de Brasil; vaticinaban un fin de ciclo en Uruguay y va a ganar el Frente Amplio; vaticinaban el fin de ciclo en Bolivia, y Evo lo dio vuelta en una elección, donde el pueblo boliviano se puso sobre la espalda la transformación de ese hermoso país.

Y a los que vaticinan el fin de ciclo en la Argentina, les va a pasar exactamente igual.
Acá hay un pueblo y una clase trabajadora que no compran espejitos de colores. No seduce a nuestro pueblo la idea de alternancia. ¿De qué alternancia hablan, si tuvimos un gobierno popular en el siglo XX, del 45 al 55, al que solamente lo dejaron diez años y lo voltearon? ¿De qué alternancia hablan cuando en la década del 70 tuvimos una tregua con dos años y medio de gobierno popular y nos costó 30 mil desaparecidos? ¿De qué alternancia hablan cuando tuvimos en la década del 90, gobiernos de distinto signo que pedían a gritos al ministro de Economía hacer los deberes del Fondo Monetario Internacional? Entonces, que no sean hipócritas. La alternancia que quieren es volver a tener en la Casa Rosada a un presidente títere y a un ministro de Economía que se mee encima cuando suena el teléfono desde Washington. Esa es la alternancia que quieren.

Fíjense que cuando uno recorre el país, advierte cuánto que falta todavía. Porque es verdad lo que aquí dijeron. Las conquistas de estos años son ciertas, son reales. Pero también es cierto que en la Argentina existe mucha pobreza. Existe todavía la huella profunda de la desigualdad de tantos años de expoliación y explotación. Uno recorre el país y ve a los pibes trabajando. Uno recorre el país y ve a quienes trabajan a cambio de un salario miserable. Queda mucho todavía. Muchas asignaturas pendientes por resolver.

Pero la clase dominante ya está anunciando que va a volver para hacer los ajustes, los recortes. La clase dominante quiere hacer la diferencia como lo hizo siempre. Por un lado entregando el país, a sus riquezas, por el otro lado explotando a los trabajadores. Ese es el único proyecto sustentable de la clase dominante, que es una Argentina para 15 millones y el resto que se cague. A esa clase dominante hay que decirle que el proyecto es el de la distribución de la riqueza, el proyecto es el de la escuela para todos, de la salud para todos; el proyecto es terminar con el trabajo no registrado; el proyecto es terminar con la explotación en las zonas rurales; el proyecto es devolverle al Estado nacional la posibilidad de controlar a los formadores de precios.

Este es el programa por el que tenemos que luchar. Y no quiere decir que tener un programa político para la lucha no signifique tener que denunciar lo que aquí también se planteaba. Queremos y lo decimos, porque este año es el primer año, en el que los salarios, después de haber empezado en el 2003, haciendo funcionar las paritarias, fuimos creciendo y recuperando lugares, posiciones, los asalariados, y llegamos a un momento en el que tuvimos diez años prácticamente de recuperación salarial, y los formadores de precios, que son empresas multinacionales, empresas extranjeras, que son siete u ocho los formadores de precios, empezaron una carrera para tratar de que a cada paso que dábamos nosotros, ellos dieran tres, remarcando. Y se pudo contener, pudimos flotar por encima de los precios en estos años. Este es el primer año que vamos a quedar abajo. Lamentablemente. El primer año que cuando lleguemos a diciembre, la inflación va a estar quizá 5, 6, 7 puntos por arriba del promedio salarial.

Frente a esto, nosotros decimos: tiene que existir de parte del gobierno nacional, y de los gobiernos provinciales, una respuesta; tiene que existir una cifra extraordinaria, que se pague para paliar la situación de las compañeras y compañeros que más lo necesitan. Tiene que existir una inyección de recursos, para elevar aunque sea por un mes, la asignación universal por hijo; no se tiene que descontar del medio aguinaldo el impuesto a las ganancias; y el gobierno tiene que convocar a la CTA, a la CGT, a discutir una agenda social para que no sea la historia de la repetición de la lógica de cortar el hilo por lo más delgado.

Nosotros sabemos que este fue un año durísimo. A otro gobierno lo hubiesen sacado del ring. Empezaron con el alzamiento policial, siguieron promoviendo los saqueos, luego el recalentamiento de los precios, forzaron la devaluación, luego volvieron a remarcar precios; corridas cambiarias, después el dólar ilegal, la fuga de capitales, los fondos buitre. A otro gobierno lo hubiesen liquidado. El pueblo argentino demostró que está de pie, que va a defender al gobierno democrático, de este verdadero pulpo que quiere quedarse con todo.

Para enfrentar a ese enorme poder hace falta construir una alianza social en la cual la única clase que puede enfrentar a esa clase dominante, la única que le puede hacer, con un espíritu patriótico, solidario; la única que puede poner el cuerpo para que la democracia y el proyecto popular sigan, que es la clase trabajadora, sea convocada a discutir, sea convocada a construir el camino que nos permita sacar este país adelante y no tener que volver a entregar el gobierno a los grupos que quieren volver al neoliberalismo.

Hace falta esa convocatoria. La CTA tiene que organizar, no la resistencia, porque no queremos hacerlo con un espíritu de derrota. Hay que organizar y poner en pie de lucha en cada lugar del país, a los trabajadores, a los desocupados, a los jubilados, a los estudiantes, a los jóvenes, a los pequeños productores agrarios. Ese frente tiene que ser un frente unitario y amplio; tiene que tener un programa que rescate los mejores logros de esta etapa y presente acciones que profundicen la distribución de la riqueza, que profundicen la defensa de la soberanía, y que impulse, así como sucedió con el Alca, marcar un antes y un después con los fondos buitre, sosteniendo la posición de no ceder un solo milímetro ante las presiones del imperialismo.

En estas dos o tres semanas recorrí muchas provincias, no me quiero olvidar de ninguna. Estuvimos en actos que me sorprendieron por la calidad del compromiso de los compañeros y compañeras. Con las organizaciones, con el espíritu de combate que había, por la alegría, porque está ese sentimiento intacto de que estamos cambiando la historia de nuestro país. Estuvimos en Trelew, en La Pampa, en La Rioja, en el Chaco, en Misiones, Santa Fe, Rosario, Mar del Plata, Mendoza, San Juan, Río Negro, Entre Ríos, Córdoba, en cada lugar que estuvimos, advertimos la voluntad inquebrantable de seguir bancando este proyecto y la decisión firme, solidaria, consciente, de abocarnos a la lucha que nos permita profundizar y avanzar.

Por eso, gracias compañeros y compañeras. A mantener vivo el espíritu que hizo que esta Central fuera grande.