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Por la erradicación del trabajo forzoso e infantil
La Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA-T participó esta semana del Taller de preparación hacia la IV Conferencia para la erradicación sostenida del trabajo infantil. El evento, organizado por las centrales sindicales de nuestro país, contó además con el apoyo de la Oficina de Argentina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El taller, que funcionó como marco preparatorio de cara a la Conferencia Mundial para la erradicación sostenida del trabajo infantil, trabajo forzoso y el empleo juvenil, tuvo como objetivo fomentar la discusión y el intercambio de experiencias y reflexionar acerca de los tres temas cubiertos por la IV Conferencia, que permitiera al grupo trabajador de la Argentina preparar su participación en el evento que tendrá lugar en noviembre de este año en la Ciudad de Buenos Aires.
Entre las actividades programadas, el día de apertura contó con la intervención de Pedro Américo Furtado de Olivera, Director de la Oficina argentina de la OIT; mientras que el segundo día hubo un panel sobre el Protocolo 2014 a cargo de Silvia Álvarez, consultora externa de la Organización Internacional del Trabajo. En esa misma jornada estuvo presente Andrés Larisgoitía, Director de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA.
En su intervención Larisgoitía destacó la visión de la Central sobre el trabajo forzoso: “En tanto y en cuanto mantengamos el concepto de que el trabajo forzoso se encuentra en un contexto donde las líneas políticas económicas y la acción del estado no privilegian un proyecto productivo de inclusión, que contenga al conjunto de habitantes de este país, es imposible evitar lo que en la realidad termina pasando que es el sometimiento de los trabajadores al trabajo forzoso. Nosotros estamos convencidos de que en general la mayoría de los trabajadores son conscientes de que están sometidos a la explotación. El problema es qué alternativa tienen en un marco en el que desde su lugar de origen no tienen otra posibilidad más que someterse a la explotación porque no hay otra alternativa viable de subsistencia”.
Por otro lado, respecto a la cadena de valor en donde están los impulsores del trabajo forzoso o infantil, Larisgoitía sostuvo que “En esta situación tan grave, de crisis y exclusión con un modelo político que plantea que el principal problema productivo de la Argentina es el de los elevados costos laborales, en donde parecería que la Argentina no es competitiva porque hay que reducir los costos laborales, porque hay que permitir que las empresas en función de su eficiencia generen un modelo productivo estructurado tercerizando todo lo que puedan tercerizar, y que la eficiencia pasa por tercerizar, nosotros decimos no. Sabemos que la tercerización conlleva una reducción de las condiciones laborales y normativas de los trabajadores. Pero ese es el último eslabón de la cadena de valor. Y ese último eslabón tiene un nivel de regeneración automática, es volátil, se reacomoda, busca la forma. Es un eslabón difícil de combatir. Desde el sector sindical sostenemos que esto tiene evidentes complicidades del Estado. Tanto la policía como determinados sectores conocen la realidad. Son cómplices, son socios o miran para otro lado. Es necesario determinar quiénes son los verdaderos ordenadores de este modelo productivo y frustrar cualquier avance del trabajo infantil y el trabajo forzoso”.
En ese mismo sentido, el dirigente agregó: “Sabemos que este modelo productivo no se aplica a una cuestión local y si nosotros logramos en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires una persecución del trabajo forzoso y del trabajo infantil y no modificamos el contexto, se van a mudar a Santa Fé, a Tucumán y se van a reinstalar nuevamente en otro lugar. Es necesaria la conciencia de que este es un problema regional que debemos absorber. El movimiento sindical debe estar comprometido en una acción colectiva, buscando todos los mecanismos de asociación y llevar políticas efectivas. Del mismo modo es fundamental no estigmatizar a ningún colectivo. Debemos exigir las medidas paliativas y alternativas para darle solución. Pero sin dejar de tener en claro el rol del Estado. El Estado nunca puede dejar de cumplir su rol fundamental y es nuestra tarea exigir que ese Estado cumpla, con recursos y políticas, el rol que tiene que cumplir”.
Luego, Larisgoitía apuntó que “Hay que distinguir el trabajo forzoso en las urbes, vinculado a determinadas actividades productivas, como la textil, del trabajo forzoso que se da en lo agrario. Esta nueva modalidad ha tomado mucho más desarrollo en determinadas áreas productivas y tiene dos tipos de vinculaciones. Una con la cadena de valor y otra de determinadas mafias, que tenemos que admitir que existen y perjudican a compañeros trabajadores de países limítrofes. Ahora bien, porque existan mafias vinculadas con compañeros trabajadores de países limítrofes, no terminemos estigmatizando a cualquier compañero trabajador boliviano, paraguayo o peruano. No es un delincuente ni trabaja para las mafias, ni viene a robarnos el trabajo. Esto está encarado con un criterio estigmatizante que está bastante lejos de la realidad. Desde nuestra Central hemos firmado con esos países, con la COB de Bolivia, con las centrales paraguayas, acuerdos de central a central que tienen que ver, por ejemplo, con la difusión de derechos. Muchas veces los inmigrantes sienten que no tienen derecho y existen, hay instrumentos construidos regionalmente que empoderan al migrante, que este muchas veces desconoce. Y si desconoce sus derechos, muy difícilmente se puedan empoderar. También le ofrecemos un marco donde darle fortaleza para hacer denuncias. Este marco implica en lo individual, el empoderamiento de aquellos trabajadores migrantes. Y en lo colectivo, en tratar de vincularse con las colectividades, para que esta tarea de difusión y empoderamiento de los migrantes sea una tarea efectiva. El tratamiento de igual a igual con los trabajadores migrantes, el tratamiento de asociación con todo núcleo de migrantes como forma de detentar no sólo el trabajo con los otros sino toda forma de reducción de los derechos reales que tiene un trabajador migrante. Para nosotros un trabajador migrante tiene los mismos derechos que un trabajador argentino. En la CTA consideramos que no nos vienen a robar el trabajo, somos firmes creyentes de la libre circulación de los trabajadores y que el modelo no es la disputa entre países sino un modelo productivo regional que nos dé acogida a todos los habitantes de la región”.
Finalmente, en su intervención Larisgoitía afirmó: “Es imprescindible brindarle garantías y protección a quienes denuncian el trabajo forzoso para que no sufra las consecuencias de esas denuncias. Esto lo vinculo con muchos casos reales que nosotros sabemos donde hay conflicto entre lo que es la justicia federal y la justicia provincial, y hago hincapié en la diferencia, que pasa con las justicias provinciales. Cuando alguien se anima a denunciar, vemos que eso queda en la nada, el juez termina en una cuestión feudal, arreglando con los violadores de la norma que explotan a los compañeros y el denunciante sufre las consecuencias del no castigo al acusado e incluso la represalia posterior. Con lo cual, para nosotros la norma es insuficiente. Es necesaria una política pública de restitución inmediata y de seguimiento”.
La OIT entiende el trabajo forzoso como: “El trabajo que se realiza de manera involuntaria y bajo amenaza de una pena cualquiera. Se refiere a situaciones en las cuales personas están forzadas a trabajar mediante el uso de violencia o intimidación, o por medios más sutiles como una deuda manipulada, retención de documentos de identidad o amenazas de denuncia a las autoridades de inmigración”. Es decir, "todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente".
Por otro lado, el trabajo infantil se define como “Todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades (con frecuencia a una edad muy temprana)”.
Para denunciar casos de trabajo forzoso, trabajo infantil y trata de personas podés comunicarte al 145 en forma anónima y gratuita las 24 horas, los 356 días del año, desde cualquier lugar del país.