Estamos ante el intento de hacernos retroceder de las definiciones que la democracia ha aquilatado desde su recuperación en 1983. Cuestionar la división entre Defensa y seguridad interior pretende restaurar el viejo concepto golpista de intervención de las fuerzas armadas en la vida política. Esto debe ser rechazado de plano, tal como lo hizo el Ministro de Defensa Agustín Rossi con el que nos solidarizamos.
Los Derechos Humanos son inherentes a la democracia y ningún intento sedicioso hará cambiar de opinión a la mayoría del pueblo argentino.
NUNCA MÁS ES NUNCA MÁS