Aquí reproducimos una columna de opinión de Sebastián Ameigeiras que fuera publicada en el periódico del Frente Transversal Area Salud, recientemente editado y dice:
“Nuestra tarea es profundizar el Proyecto Nacional, también en el campo de la salud”.
Pensar en salud por estos días implica necesariamente hacer un recorrido por los hechos que marcaron nuestra historia en los últimos 40 años. El Golpe oligárquico-militar de 1976 no sólo viene a implantar el terrorismo de Estado, la desaparición forzada de personas y la apropiación de niños nacidos en cautiverio, sino que viene a implementar a sangre y fuego un modelo de desarrollo económico y social marcado por una profunda reforma del rol del estado: el neoliberalismo.
Las privatizaciones, la desocupación y la ruptura del tejido social traen sus consecuencias en el campo de la salud, con epicentro en el corazón del territorio.
Un sistema público, fragmentado, desfinanciado, centrado en el hospital. Allí donde un individuo enfermo, va acompañado en las barriadas de perfiles epidemiológicos vinculados a la situación de pobreza y exclusión.
Diciembre de 2001 es un punto de inflexión que ubica en el centro de la escena a la organización popular, a los movimientos sociales, las Madres de Plaza de Mayo, organizaciones sindicales y de Derechos Humanos. Vuelven los días en que nuestro pueblo construye herramientas de organización y de lucha para resistir los tiempos difíciles, para sostener el estandarte del Proyecto Nacional, para que pueda haber Néstor y Cristina, años después.
A partir del año 2003 comienza a cambiar el rumbo de esta historia. La decisión de reconstruir un estado presente, las políticas de inclusión social como la asignación universal por hijo, el trabajo en las cooperativas del Programa Argentina Trabaja, las pensiones no contributivas, la apertura de fuentes de trabajo genuino y de convenios colectivos de trabajo devuelven dignidad, proyecto y posibilidad de soñar futuros posibles.
Y debemos hacerlo con todo lo que tenemos, recuperando lo mejor de nuestra historia. Nuestra tarea también consiste en hacer visibles las cuentas pendientes, como la “Producción Publica de Medicamentos” o la “Ley Nacional de Salud” que asegure los derechos, la calidad y la universalidad en la atención; una “formación Universitaria” acorde a las realidades que vivimos o la “Ley de financiamiento sanitario.
Esta es la tarea y hay que salir a entusiasmar, a convocar a los –as miles de cumpas para construir la fuerza popular organizada que garantice los sueños de todos. Y todas, que desde el fondo de las barriadas venga marchando entre guitarra y puñal pariendo la vida digna que nuestro pueblo merece.
