La virulencia del ataque físico y verbal del que fueron víctimas los periodistas se corresponde más con épocas que padecimos todos los argentinos, donde la violencia era el lenguaje para acallar las disidencias, aplicar la censura y eliminar a los opositores.
No se pueden reclamar derechos mientras se lesionan los derechos colectivos como lo son el derecho a la información y el derecho de los trabajadores de prensa a ejercer su actividad laboral. Es necesario terminar con los estigmas con los que de distintos sectores político-mediáticos se favorecen acciones, hoy, contra los trabajadores de prensa, mañana, contra cualquiera que piense distinto.
La CTA se solidariza con los periodistas agredidos, reclama una investigación del ataque y que se brinden garantías para el desarrollo del trabajo de prensa.