Hugo Chávez: a caballo de la esperanza de los pueblos de Nuestra América

Por Carlos Girotti (*)

En un nuevo aniversario de su “siembra”, como lo conmemoran sus compatriotas al recordarlo en la fecha de su fallecimiento, la figura histórica del Comandante Hugo Chávez Frías pareciera agigantarse con el correr del tiempo. Es lo que suele ocurrir, una y otra vez, con los grandes líderes populares de nuestra Patria Grande porque la memoria, cuando se entreteje con la disputa por el sentido de la historia, late al compás de las epopeyas de nuestros pueblos.

A lo largo de los 25 años que transcurren entre la fundación del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 y su temprana partida en 2013, cuando sólo tenía 58 años, Chávez revolucionó a la sociedad venezolana y supo influir directamente en el conjunto de los procesos populares abiertos en el subcontinente. Así, la experiencia bolivariana que él lideró pasó a gravitar, en términos históricos, con la intensidad, complejidad y particularidad propias de los grandes movimientos populares de Latinoamérica. No fue por acaso que Chávez citara, en múltiples oportunidades, a Perón, por ejemplo, ni que coincidiera con otros grandes líderes de su época como Fidel, Kirchner, Lula, Evo, Mujica y Correa.

Su vocación libertaria abrevaba en los próceres de la primera independencia, pero imaginaba y construía una nueva síntesis a partir de las experiencias populares contemporáneas. En este sentido, su protagonismo fue crucial en la creación de la Unión de Naciones Suramericanas, el Banco del Sur, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y tantas otras iniciativas. Desde luego que su sociedad fraterna con Néstor Kirchner, en 2005, fue la garantía del resonante triunfo latinoamericano contra la propuesta imperialista del ALCA y, desde entonces -y mucho más ahora- su figura crece cuando los pueblos de la región deben enfrentar la última oleada neoliberal.

La porfía de Hugo Chávez contra el imperialismo y su vocación de respeto a la originalidad y particularidad de cada proceso nacional, lo llevaron a recrear con una fuerza inusitada los sueños de libertad, independencia, soberanía y revolución que en más doscientos años de historia animaron todas y cada una de las luchas populares. Ese ha sido su gran aporte a la causa de los explotados y oprimidos de todos los tiempos y, por eso mismo, su proyección histórica continuará creciendo a caballo de las esperanzas de millones y millones de hermanas y hermanos de la Patria Grande.-

(*)Secretario de Comunicación de la CTA