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García Linera en Uruguay:
“La izquierda está marcada por persecución, cárcel, muerte, tortura, fracasos y volver a levantarse”
por consuladodebolivia 9 diciembre, 2017
Prensa de Vicepresidencia boliviana desde Montevideo.- El vicepresidente del Estado boliviano, Álvaro García Linera, afirmó, hoy, que lo que le queda a la izquierda latinoamericana actual es luchar mientras haya injusticias y desigualdades en el continente, esto en la clausura del XXXI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología, ALAS Montevideo 2017, que se llevó a cabo en el salón Azul, de la Intendencia de Montevideo, donde también participaron José Mujica, expresidente de Uruguay; Dilma Rousseff, expresidenta de Brasil, Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina; y la vicepresidenta de Uruguay, Lucía Topolansky.
“Qué nos queda a futuro, luchar, siempre lo hemos hecho, la historia de la izquierda está marcada por persecución, cárcel, muerte, tortura, fracasos y volver a levantarse; por eso tenemos por delante que luchar, aprender de los errores, recoger lo mejor que se hizo, pero mientras haya injusticia y desigualdad en el continente, la izquierda tiene porvenir”, aseveró la autoridad boliviana.
Asimismo, dijo que la izquierda latinoamericana, hoy, “puede presentar la credencial de lo que ha hecho: la izquierda es la justicia, es la igualdad son nuestra bandera y tiene que volver a levantarse, recogiendo los errores, admitiendo las debilidades, y colocando en primer lugar la lucha por la justicia, por la democracia, la igualdad, contra la corrupción y por una relación metabólica y dialógica entre ser humano y naturaleza, ese es el programa de la izquierda del siglo XXI”, complementó.
El mandatario de Estado afirmó que no existe ciclo progresista y mucho menos su fin, sino que existen oleadas que empujan a la sociedad a ciertas conquistas, retrocesos y nuevas oleadas hasta alcanzar nuevos objetivos.
“Una prueba de esto es lo que está pasando en Chile, la ruptura del bipartidismo que había caracterizado la posdictadura, existe la presencia de nuevas izquierdas jóvenes, radicales y con alta presencia de mujeres politizadas”, declaró.
García Linera indicó que Latinoamérica es un continente que se mueve a diferentes ritmos y velocidades y que en general se puede decir que es un continente que “está despierto, está vivo”.
De igual manera, García Linera explicó las enseñanzas que deja esta década a la izquierda latinoamericana, como la buena gestión de la economía como mecanismo para satisfacer necesidades y generar bienestar de los más pobres; “si la economía falla, la política falla; si la economía va bien, la política puede ir bien”, agregó.
También, afirmó que se tiene la lección de cómo construir hegemonía, por lo que recomendó asentarse sobre la base social sin perder la relación con los sectores medios y privilegiados, “un proceso revolucionario es convencer y conquistar, pero también es derrotar a tu adversario”, al que nunca se debe subestimar, y así derrotado, incorporarlo al proyecto.
“La durabilidad de un proyecto progresista va a radicar en su capacidad de transformar no solo la economía, la educación y reducir la pobreza, sino en transformar las estructuras comunicacionales y cognitivas que tiene la sociedad, es decir, transformando las estructuras morales, lógicas e instrumentales que están anidadas en el comportamiento de las personas”, que se puede cambiar en muchos años, añadió.
Igualmente, indicó que un revolucionario en la vida debe luchar contra la corrupción, ya que lo que lo hace superior ante la historia es su integridad moral, “si en algún momento un revolucionario hipoteca su integridad moral en la lógica estatal de la prebenda y los recursos públicos para fines privados, esa es una peor derrota que perder elecciones”, reflexionó.
Por otro lado, la autoridad nacional destacó los logros de la izquierda latinoamericana que en la última década ha dejado de ser testimonial, intelectual y sacrificada, en el sentido de la heroicidad fallida que caracterizó los procesos en los años 60, 70 y 80; para convertirse en una efectiva presencia continental mediante procesos progresistas que obtuvieron resultados positivos en la disminución de la pobreza y extrema pobreza, crecimiento de la clase media, el incremento de ingresos de los sectores vulnerables de la sociedad, el aumento de presupuestos destinados a temas sociales, como educación, salud, entre otros.
Asimismo, resaltó que el continente latinoamericano haya podido organizar diferentes organismos como Unasur, Celac y ALBA, sin tutelaje ni mandantes externos, “organismos en los que no necesitamos la presencia de Estados Unidos para definir lo que requeríamos y lo que queremos hacer como continente”; aunque reconoció que estas instituciones no tienen el poder que tenían hace cinco años.
“Esta ha sido una época de florecimiento de estructuras sindicales urbanas y rurales, un incremento de los derechos sociales de los trabajadores; internamente, se dio un proceso de ampliación democrática, no solo votar en elecciones sino también participar en la toma de decisiones, en movilizaciones, en asambleas, presencia callejera para definir el destino”, complementó.
De igual forma, García Linera señaló que la izquierda latinoamericana introdujo el debate de cómo se puede profundizar la democracia entendida como el involucramiento de la gente en asuntos colectivos y comunes; también la relación entre movimiento social y Estado, además, la última década ha mostrado que la democracia, como la participación de la gente en la toma de decisiones, es la forma, por excelencia, en la que los sectores populares pueden acceder a la transformación y en los asuntos colectivos de cada país; e introdujo el debate del equilibrio entre la satisfacción de necesidades básicas y la explotación de la naturaleza, entre otros.