Manejar en esta Ciudad es suficientemente estresante de por sí, pero fumarme un cartel con esa consigna en medio de la colectora es realmente agotador. Porque no hay cosa más deplorable que un mediocre, sobre todo uno que quiere (o sueña) con hacerme partícipe de su mediocridad con frases efectistas y absurdas.
¿Este tipo tiene un problema personal con la Presidenta? ¿Y yo que tengo que ver? Porque si es un problema personal tendría que solucionarlo él, aunque sea en terapia. Pero su problema es que sólo tiene eso como “argumento”. Necesita crear un conflicto personal con la Presidenta, porque carece de proyectos. Quiere dividirnos y trasladar ese “conflicto” a cada uno de nosotros, individualmente, con una deplorable actitud de “divide y reinarás”.
La macana es que del otro lado (del nuestro, del lado en el que se habla en plural), se encuentra con palabras como pueblo, nosotros, unidos, proyecto, hijos, madres, abuelas. Tan poco conoce esas palabras, que sólo puede influir en otro grupo de mediocres que utilizan el mismo slogan en sus afiches, declaraciones o discursos pero… ¡NI SIQUIERA UNIDOS A ÉL!
Vuelvo al comienzo, la mediocridad, sobre todo la mediocridad política, es agotadora. Y el pueblo, los que estamos unidos, los que sí tenemos un proyecto, sólo estamos dispuestos a agotarnos por un ideal sublime, por sostener al compañero, por llevar el pan que hoy podemos llevar a casa.
Por eso, en vez de carteles que rezan “ella tiene un límite, vos”, prefiero leer los genuinos, los que tienen un mensaje educador y constructivo. Como por ejemplo, "Máxima 80" y, desde esa base, desde mi lugar de ciudadano, ayudar en cada acto diario para seguir haciendo un país mejor.
¿Y si ponemos un cartel en las inmediaciones de Casa Rosada? “Prohibido estacionar mediocres”, podría ser una opción…