MUNDIAL 78 // FUENTE: TÉLAM

El encuentro entre el SKAN y el plantel holandés que viajó al Mundial

Por Carlos Girotti (*)

Un relato en primera persona del encuentro entre un grupo de exiliados argentinos y el SKAN con los jugadores de Holanda, para entregarles información sobre la violación a los derechos humanos de la junta cívico-militar.

Recuerdo exactamente el momento y el lugar de nuestro encuentro, en calidad de exiliados argentinos e integrantes del comité de solidaridad SKAN, con el plantel de fútbol de Holanda: fue en el aeropuerto de Schiphol, en Amsterdam, antes de que los jugadores viajaran para participar del Mundial 78.

Fue allí que le dimos a un grupo de jugadores una carpeta que contenía, entre otras cosas, un plano con los lugares en los que teníamos identificados algunos campos de concentración (la ESMA y otros más), un listado de compañeros y compañeras que habían desaparecido y también les hablamos de las Madres de Plaza de Mayo.

Gran parte de mi exilio durante la dictadura lo hice en Holanda, a donde llegamos con mi familia y muchos compañeros y compañeras en 1978, un tiempo antes de que se iniciara el Mundial de fútbol en la Argentina. Allí, con otros refugiados políticos, conformamos el SKAN (comité de solidaridad argentina-holandesa), con el que hicimos todo tipo de actividades y denuncias sobre lo que ocurría en nuestro país.

Ya sabíamos de la existencia de algunos campos de concentración y teníamos, claro, un listado de compañeros y compañeras secuestrados, desaparecidos y algunos de ellos asesinados o directamente muertos en combate o enfrentamientos que existieron.

Desde el SKAN nos sumamos a la campaña que se hacía en Europa por el boicot al Mundial organizado por la dictadura. En nuestro caso, recorríamos distintas ciudades de Holanda y con los comités locales del SKAN hacíamos partidos de fútbol en las plazas: los argentinos, acompañados por exiliados uruguayos y chilenos, entre otros, jugábamos con la casaca de Holanda, y los holandeses lo hacían con la camiseta de la selección argentina pero manchada con sangre (es decir con tinta que parecía sangre).

Dentro de las actividades propuestas nos acercamos al lugar de entrenamiento de la Selección holandesa, y finalmente nos encontramos con los jugadores en el aeropuerto de Amsterdam antes de que partieran a la Argentina. Allí les dimos toda la información de la que disponíamos y les pedimos, también, que se entrevistaran con las Madres, que fueran a hablar con ellas, que difundieran nuestras denuncias en la prensa.

Recuerdo también que un jugador del plantel holandés (lo que no recuerdo es su nombre), escribía desde Mendoza, que fue la primera ciudad en la que se instalaron, un panorama de lo que sucedía en la Argentina en el diario De Volkskrant.

También sabíamos que periodistas amigos habían viajado a la Argentina y habían pasado por algunos comités del SKAN, siempre con actitud solidaria.

Ahora, al cumplirse un nuevo aniversario del Mundial 78, vale recordar el apoyo de la Iglesia Reformada de Holanda encarnado en uno de sus referentes más comprometidos, el pastor Erik Van Dijk; de los Basis Team (equipos de base) de voluntarios holandeses encargados de recibirnos en cada ciudad, con Jose Van Gennip y Guglielmo Carchedi, de Alkmaar, a la cabeza, siempre amorosos e incansables; y el esfuerzo y la solidaridad de tantos hombres y mujeres del pueblo holandés que nos abrazaron en el calor de sus hogares y nos dieron esperanza para seguir peleando y un día poder volver a nuestra Patria, lo que finalmente hicimos.

(*) Actual secretario de Comunicación de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y exiliado varios años en Holanda durante la dictadura cívico militar 76-83.