Portada del sitio > La Central
Cristina Kirchner: “Es necesario construir profundidad territorial de la organización, en los sindicatos, en las fábricas”
Discurso de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, a 20 años de la asunción de Néstor como Presidente de la Nación Argentina y en un nuevo aniversario de la Revolución del 25 de Mayo de 1810.
Muchas gracias compañeros, compañeras. ¿Cómo están?
Biennnn
No los escucho
Biennnn
La verdad qué mejor lugar que volver a encontrarnos en esta Plaza de Mayo. La Plaza de la Patria, la verdad que con esta lluvia ...
¿No llueve ahora? Milagro, Dios. Milagro.
Y yo que quería ser una figurita de Billiken. Para los más pibes de 20 años que no saben lo que era Billiken era una revista que animó los años infantiles y escolares de millones de argentinos.
Quiero encontrarme de nuevo con ustedes en esta plaza, como hace 20 años.
Cantos
Miren, compañeros, compañeras. Hace exactamente 20 años que llegábamos con él acá, a esta misma plaza en la que 30 años antes habíamos estado.
Ese país que recibió aquel presidente patagónico con apenas el 22% de los votos,
(aplausos)
Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo …
Y no lo duden, que sigue viviendo en el corazón del pueblo, como sigue viviendo cada argentina y cada argentino que le dio dignidad a este pueblo.
Pero ese país que recibió, que venía de una gran crisis en el 2001. Quiero en estos tiempos en los cuales se habla tanto en contra del Estado, que es necesario un Estado pequeñito, un Estado que no moleste. Un Estado que deje que los argentinos vivan en paz, quiero contarles que cuando él llegó, después de la crisis del 2001, el Estado era así de chiquitito y quiero compartirlo con ustedes porque es necesario ante tanta desinformación, ante tanta confusión armada premeditadamente, que llevemos a todos los rincones de la patria, en cada escuela, en cada barrio, en cada fábrica, en cada comercio, a la calle, que cuando él llegó el Estado era así de chiquitito.
Pero la deuda externa que le habían dejado era así de grande, compañeros. En aquel Estado YPF había sido privatizado. Era una empresa española, igual que Aerolíneas Argentinas. Tampoco estaba el Correo que también había sido privatizado. La Anses tampoco existía porque cuando él llegó en la Argentina se jubilaban unos pocos. Los recursos de los trabajadores habían sido privatizados y habían sido entregados a las famosas AFJP.
(silbidos)
Apenas una jubilación de 200 pesos para los que habían cumplido todos los años y todos los aportes. Las AFJP se terminaron quedando con los sueldos más altos como aportantes y los más bajos los terminó pagando el Estado. Cuando en el año 2009 recuperamos la administración de las AFJP ...
(aplausos)
… a ese momento el 60% de los jubilados eran abonados por el Estado nacional. Las AFJP únicamente pagaban a la crema, a los que ganaban los mejores sueldos, y por lo tanto, podían afrontar un sistema de capitalización. Pero, toda la gente había quedado a la intemperie. Eran tiempos en los que no habían blanqueado los aportes y por lo tanto no se podían jubilar.
Cuando decidimos en el año 2008 la recuperación de Aerolíneas Argentinas, el Estado le pagaba a la empresa española los salarios de todos los trabajadores y el combustible de los aviones. Porque pese a la fama de buenos administradores que tienen los privados, por lo menos en lo que hace a Aerolíneas Argentina no fue así. Tampoco con las AFJP. No se jubilaba nadie, pero cobraron bancos y administradoras en comisiones, 12 mil millones de dólares durante los años en que en este país jubilarse no era un derecho.
(silbidos)
Pero si el agua, acá, en la Ciudad de Buenos Aires era de una empresa francesa y de los principales 18 municipios del Norte y Sur del Conurbano Bonaerense. Cuando lo recuperamos pudimos hacer todas las obras de saneamiento y de conexión que no se habían hecho durante toda la época de la privatización y que aún hoy se siguen haciendo.
Hasta el espacio radioeléctrico estaba privatizado. Pero si todo estaba en manos de los privados. YPF también. Aunque terminamos con déficit energético porque teníamos que importar combustible porque no exploraban ni explotaban y nos quedamos sin energía.
Pero entonces, si todo estaba en manos de los privados, si todo estaba en manos de los buenos administradores, ¿por qué la Argentina debía tanta plata? Por una razón muy sencilla. Porque habían contraído deuda externa. Porque la habían estatizado en el 82, porque siguieron durante toda la década de los 90 para sostener la falsa dolarización, endeudando al país. Esta es la verdad. Y el día que se cayó esa falsa dolarización estalló el país. Esta plaza es testigo de nuestras alegrías, pero es también el testigo de feas jornadas, de feos días, de feos recuerdos de los argentinos.
A la patria hay que tomarla sin beneficio de inventario. A la patria hay que comprenderla y amarla completa. Esta Plaza también, cuando yo era senadora de la Nación y Néstor soñaba allá en el Sur, en su querida Santa Cruz, fue poblada de represión a Madres y Abuelas aquí, el día que se caía la convertibilidad, y se apropiaban de los depósitos a plazo fijo de los argentinos en el famoso “corralito”, de aquel señor calvo y de ojitos claros.
La verdad, cuando hoy vemos, escuchamos, a quienes eran discípulos y colaboradores de ese ministro, explicarnos lo que van a hacer, a nosotros, porque claro, nosotros no entendemos de economía como ellos, no fuimos a la Universidad, no tenemos el título de economistas, quiero decirles es cierto, Kirchner era un simple abogado como yo, pero fuimos los “kukas” los que pagamos los depósitos a plazo fijo con el Boden 12.
(aplausos)
Sí, el Boden 12, que no es una oferta para ir al shopping por la tarde, no, no, no. Es el bono que se le entregó a cada uno de los que cuando fueron a buscar los dó la res y los pesos, a los bancos, no estaban. No estaban. Esos dólares y esos pesos que se le quedaron los genios de las finanzas, los pagaron los “kukas”: Néstor y Cristina.
(aplausos)
Me acuerdo como si fuera hoy. Ocho cuotas. Las tres primeras las pagó Néstor: 2005, 2006 y 2007. Las otras, la última, la pagamos en el 2012. Anoten. Genios de la economía. Se la garpamos nosotros a la de ustedes. Nosotros, los “kukas”. Los “perucas”.
(aplausos) Olé olé olé olá … nos conduce una mujer
No solamente eso. Cuando Néstor llegó al gobierno y vio la deuda soberana defaulteada más grande de la historia. Era 150% del producto bruto. Y la reestructuró, contra viento y marea, logrando la quita de capital e intereses más importante de la que se tenga memoria. Era la deuda que había sido estatizada en el 82, cuando se iba la dictadura militar. Y la deuda que se contrajo durante los 90 para sostener la falsa convertibilidad o la falsa dolarización. Esta es la historia.
Pero no se quedó ahí, no, no, no. Además, decidió junto al compañero Lula da Silva, pagar “taka taka”, al contado, la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
(aplausos)
Es ahí cuando la Argentina y su gobierno votado en las urnas recupera el timón de la economía y comienza un proceso de industrialización, de inclusión, de valor agregado, de tecnología, de repatriación de científicos e investigadores.
(aplausos)
De la construcción de una red social de inclusión para una sociedad que había sido devastada por la desocupación y la exclusión.
Cuando el compañero llegó. (Un médico por favor ahí, acá. Está bien?)
Cuando ese compañero llegó a Presidente de la República el producto bruto de este país era de 164.000 millones de dólares. Cuando su compañera entregó el gobierno el 10 de diciembre de 2015 el producto bruto era de 647.000 millones de dólares.
(aplausos)
Pagamos durante doce años y medio 100.000 millones de dólares de deuda que no habíamos contraído nosotros. Y qué, ¿fue magia, somos unos genios? No. El modelo de construcción de la sociedad, un modelo de producción, de valor agregado, de inclusión social, de sostenimiento de la industria nacional. ¡De buenos salarios! No es pecado pagar buenos salarios. Es de buenos cristianos.
(aplausos)
Y aquel gobierno termina con el mejor salario en dólares de toda Latinoamérica. Con la mejor jubilación y con la mayor participación de los trabajadores en el PBI, más del 51%.
(aplausos)
Creo que es bueno contar estas cosas y que se sepan porque son números duros e inobjetables. Muchos dicen que mi segundo gobierno no fue tan bueno como el de Néstor ni como el primero mío. Tengo claro que es porque fue cuando más plata ganaron los trabajadores y cuando más podía ahorrar guita la gente. No tengo ninguna duda. No tengo ninguna duda.
(aplausos)
Y miren, no es que fueron 12 años fáciles, porque además está el otro argumento: Ah, tenían todo a favor. ¿A favor? A los cuatro o cinco meses, creo que menos, tres meses, de asumir como Presidenta por otro genio de la economía también, de los que nos dan clase todos los días, casi me pongo el país de sombrero.
Fue algo muy fuerte en esta misma plaza. Fue en esta misma plaza, hablamos en aquella crisis que sinceramente dividió a la sociedad argentina. Por eso digo que casi me puse el país de sombrero. Una crisis política de magnitud, muy fuerte. Y a los pocos meses, sobre mojado llovido, valga la redundancia, sobre mojado llovido, la crisis de Lehman Brothers. Se cayó el mundo financiero en Wall Street y en todo el mundo. Una de las crisis, dicen los que escriben sobre estas cosas, que después del crack del 30, fue la más grande crisis internacional financiera que se recuerda la del 2008.
Después enseguidita, 2008, 2009, vino una sequía. Sí, la sequía es algo redundante siempre en la economía argentina, tan agro dependiente en algunas cosas. Recuerdo que en 2008, 2009, 2010, perdimos millones de cabezas de ganado. Hay una ventaja con respecto a esta sequía, en esta sequía nadie le echa la culpa al gobierno, porque obviamente es una cuestión climatológica.
El otro día, charlando con un dirigente de los movimientos sociales se acordaba de que en nuestra sequía del 2008, 2009, colgaban a las vacas que se habían muerto en los alambrados y decían: Esto es culpa de Cristina. Claro, la crisis y el enfrentamiento … No me enojo, no es con rencor que lo digo, para nada, simplemente el enfrentamiento y la confrontación había sido tan intensos, que las consecuencias no podían desaparecer, ni aun todavía no han desaparecido.
Es una pena realmente, es una pena porque necesitamos, en serio, los argentinos y las argentinas poder articular algo diferente. No podemos seguir atados a una economía primarizada. No podemos seguir atados a los precios internacionales y a que llueva o a que salga el sol.
Necesitamos dar un salto cualitativo los argentinos. De articular lo público y lo privado. Una alianza entre lo público y lo privado para agregar valor, para incorporar tecnología.
Miren, cuando uno ve las principales economías que han surgido en los últimos veinte, treinta años, fundamentalmente del lado asiático. No solamente China. No solamente China. Cuando uno mira cada uno de esos ejemplos, lejos está de la doctrina que nos quieren imponer acá, que el mercado privado todo lo resuelve. Al contrario. Son modelos de acumulación acordados entre el sector público y el sector privado en las actividades que más retorno provocan y por lo tanto mayor incorporación de tecnología y valor agregado y de trabajo calificado.
Esta es la discusión que están esperando millones de argentinos y no las boludeces que se dicen todos los días en los medios de comunicación. Boludeces. Y perdonen la expresión.
(aplausos)
Cristina Presidenta varios minutos
Una más y no jodemos más
Miren, cuando les hablaba de la plaza de aquel 25 de Mayo del 2003, pero también, no puedo olvidar la plaza de la “calabaza”, la plaza del 9 de diciembre del 2015, cuando nos despedimos, no para siempre.
(aplausos)
Una más y no jodemos más
Cristina Presidenta
Y no me despedí
Cristina Presidenta
Y no me despedí. Yo recuerdo ese día con mucho amor. Mucho agradecimiento, mucho cariño. Créanme que para una militante política de mi generación haber después de tres períodos de gobierno, haber podido decirle a los argentinos que les dejábamos un país mucho mejor que el que habíamos recibido, era una muestra de orgullo.
Miren, más allá de las dificultades, porque tampoco era Disneylandia. Para Disneylandia hay que ir a otro lugar. Me parece que aquel día cuando rendimos cuentas en esta plaza y dijimos que habíamos llegado con la deuda defaulteada más grande de la historia y nos íbamos desendeudados y con la deuda en moneda dura más baja de las últimas décadas, 8% solamente en dólares. Y no lo digo yo. Fui ratificada después. Que el nivel de endeudamiento no solamente era ínfimo, ínfimamente ridículo dijeron luego, propio de alguna economía africana estrafalaria. Mirá vos. Mirá vos. Las familias tampoco estaban endeudadas. Las empresas tampoco estaban endeudadas.
Porque el salario de los trabajadores era el más alto de América Latina. Porque la jubilación y la cobertura previsional del 97% era la mejor de América Latina. Porque habíamos lanzado satélites al aire y estábamos incorporando tecnología. Porque habíamos peleado contra los fondos buitres y sin acceso al mercado de capitales pagamos más de 100.000 millones de dólares. Increíble. Sin acceso al mercado de capitales.
Ese fue, además, el famoso riesgo país, que te volvían loca midiéndolo. Cuando nos fuimos creo que era de 600 puntos, algo así. Esa era la Argentina que dejamos. ¿Y qué fue lo que recibimos cuando volvimos en el 2019?
Nuevamente endeudada la Argentina en dólares. Fuimos en el año 2016 y 2017 el país en el mundo que más deuda en dólares tomó. Y esto cuando no se pudo pagar, pasó lo que pasó. Otra vez el Fondo Monetario. Pero con una adicional. Ya no eran los préstamos stand by, más o menos normales, que se daban a todas las economías de la región o de otra parte del mundo por parte del organismo multilateral. No, no, no.
Le dieron para que pudiera ganar las elecciones 57.000 millones de dólares. Un préstamo inédito, insólito.
(silbidos)
No, no, no. No tiene la culpa el chancho sino quien le da de comer decía mi abuela. Le liquidaron 45.000 millones de dólares y ni así pudieron ganar las elecciones. Entregaron un país endeudado, con dos dígitos de desocupación. También es cierto que si uno compara, ya tanto les gusta hablar de números a los economistas. De 647.000 millones de dólares de PBI que les dejé. Que les dejamos. Perdónenme el personalismo. Mala mía. Lo dejaron todos los argentinos. No era mío. Mala mía.
(aplausos)
647.000 millones de dólares al 10 de diciembre de 2019 había 447.000 millones de dólares. 200.000 millones de dólares menos de PBI y 120.000 millones de dólares más de deuda. Eso es lo que hicieron en cuatro años.
(silbidos)
Los que hoy nos dicen que quieren volver a conducir el país. Y quiero ser absolutamente sincera y decir las cosas de frente march, porque seguramente algunos de los comentaristas de la realidad debe estar diciendo: Bueno, y ahora cómo estamos.
Todos saben las diferencias que he tenido y que tengo y que no es necesario explicitarlas porque lo he dicho. Lo dije un 20 de diciembre en la ciudad de La Plata. Terminaba la pandemia y dije: Va a haber crecimiento, pero ojo, cuiden los precios de la economía porque sino al crecimiento se lo van a llevar cuatro vivos. Y pasó que se lo están llevando cuatro vivos. Porque la Argentina volvió a crecer, porque aun, a pesar de los errores, equivocaciones o diferencias, este gobierno es infinitamente mejor que el que hubiera sido otro gobierno de Mauricio Macri. No tengo dudas. No tengo dudas.
(aplausos)
Todavía medido el producto bruto de 2022 no llegamos a los 647.000 millones del PBI de 2015 pero estamos en 633.000 millones.
El problema que tenemos acuciante es la distribución del ingreso. Y miren, creánme que para distribuir el ingreso muchas veces hay que poner carita fea a los que tienen mucho y no se trata de confrontar.
O por qué se creen que en mi segundo gobierno pudimos llegar al 51% y por qué creen que me odian, me persiguen y me proscriben.
Por eso, porque nunca fui de ellos ni lo voy a hacer. Hagan lo que hagan. Me quieran matar, meter presa. Nunca voy a ser de ellos. Yo soy del pueblo y de ahí no me muevo.
(aplausos)
Presidenta Cristina Presidenta
También tenemos que saber que es necesario construir organización, profundidad territorial de la organización; profundidad sectorial en los sindicatos, en las fábricas. Una sola persona no puede. Tiene que haber una organización. Tiene que haber cuadros que tomen la posta y lleven adelante el programa de gobierno que necesita la Argentina.
Miren, creánme que la Argentina necesita imperiosamente tres o cuatro ejes sobre los que desarrollar ese programa.
El primero. Y en esto quiero dirigirme no solamente a los que piensan como yo o que están en esta plaza.
Escúchenme bien. Si nosotros los argentinos y las argentinas no logramos que ese programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio y de crecimiento, de industrialización, de innovación tecnológica, va a ser imposible pagarlo, por más que digan lo que digan.
(aplausos)
Cuando Néstor decía: Los muertos no pagan las deudas. Decíamos eso.
¿Se creen que lo van a poder pagar únicamente con commodities? No, olvídense, porque además, finalmente los commodities los terminan regulando los flujos financieros y siempre te acomodan para que sigas debiendo. Es imprescindible entonces unidad nacional frente a eso. Fue un préstamo político y política también tiene que ser la solución.
(aplausos)
En todo caso, que lo aten a un porcentaje de exportaciones, pero que dejen de querer dirigir la política y clausurarnos la industrialización del país y convertirnos solamente en proveedores de materia prima. Somos 46 millones. No alcanza únicamente con la materia prima. Tenemos que agregar valor, incorporarle tecnología para que haya trabajo de calidad y buenos salarios, que es lo que el país necesita. Y se puede hacer porque nosotros lo hicimos durante 12 años y medio.
(aplausos)
La segunda. Tenemos que abrir la cabeza y mirar lo que les decía hace un rato. ¿Cómo en otras economías desarrolladas se articula una alianza entre lo público y lo privado?
Tenemos recursos estratégicos, extraordinarios. Gracias a los “kukas” también recuperamos Vaca Muerta. Recuperación “kuka”. Litio, materiales raros.
Debemos tener mirada estratégica. Que vengan a explotarlo, pero queremos … No digo que hagan acá los autos eléctricos, pero por lo menos hermano, una parte de la batería o la batería entera hacela acá, si te la estás llevando toda.
(aplausos)
Y cuando escucho a algunos dirigentes, a los cuales respeto porque son dirigentes votados por su pueblo, ponerse contentos porque en Bolivia y en Chile han sacado legislaciones que cuidan el litio, y se ponen contentos porque dicen: Bueno, si tienen muchas exigencias allá se van a venir para acá.
Pero qué vocación de colonia hermano, qué vocación de volver a ser Potosí. Ponete en la cabeza ser Malasia, ser Corea, pero no Potosí, por favor.
Patria sí, colonia no
Y también es necesario la renovación del pacto democrático.
En una plaza como esta. Yo no estaba porque estaba en Santa Cruz, en Río Gallegos, un 30 de octubre allá por el 83, pero en una plaza como esta, desde los balcones de aquel Cabildo, un argentino que no era de mi partido, había ganado las elecciones, afirmando ser la vida y la paz, junto a miles y miles de jóvenes como ustedes, que horrorizados por la tragedia de la dictadura reclamaban un país diferente, donde los que no piensan igual no son enemigos, sino que son adversarios. Donde quedaba prohibido quitarle la vida al que no pensaba igual. Eso fue también en esta Plaza de Mayo.
(aplausos)
Hay que volver a renovar ese pacto. Cuando escucho y dicen: Hay que acabar con el peronismo, o el kirchnerismo.
Por favor, si con ganarle alcanza. ¿Por qué tenemos que llegar al exterminio del otro? ¿Por qué? Y se los digo como una generación que finalmente fue devorada en la vorágine de la violencia política. Con hijos y familiares, que ni siquiera tienen el derecho de ir a llorar a sus seres queridos a una tumba. En nombre de todos ellos y de todas ellas, no puede haber ningún argentino o argentina de bien que no se oponga a esas prácticas horribles.
(aplausos)
Somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos …
Los miro a ustedes y sé que de algún lugar él también nos está viendo y acompañando como tantas y tantos otros.
Vamos todos con Cristina a liberar el país. No me importa lo que digan los gorilas de Clarín
Quiero finalmente decirles que es necesario en la renovación de ese pacto democrático, volver a darle al país un Poder Judicial que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia de la Argentina.
Miren, cuando Néstor llegó al gobierno, lo amenazaron con la dolarización. Me acuerdo, el presidente de la entonces Corte de Justicia. Debo decir, es increíble, pero si alguien me hubiera dicho que yo iba a decir esto en algún momento lo hubiera negado, no lo hubiera podido haber admitido. Pero créanme, que aquella Corte a la que Néstor pidió formalmente se le hiciera juicio político, al lado de este mamarracho que tenemos hoy, verdadero mamarracho, indigno. Nunca se escucharon ni se vieron, nunca se dijo de ningún miembro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las cosas que se saben. Y de las que nos enteramos todos los días.
Por favor, no importa si es un jurista de una u otra orientación, pero por favor, los argentinos merecen volver a tener una Corte Suprema de Justicia que sea llamada como tal sin ponerse colorado.
Por favor, se lo pido a todos los partidos políticos de la Argentina. Es la imagen del país también.
Créanme, que con todos los defectos, con todos los errores, yerros que pueden tener los que forman parte de un Poder Ejecutivo, de un Poder Legislativo en sus distintos partidos políticos, vertientes ideológicas, la sociedad frente a estos dos poderes siempre tiene una garantía. Una garantía inamovible, la del voto. Porque si no te gustan ese presidente, esos legisladores, o aquel ministro, tenés en tus manos el voto. Cada dos años para el Poder Legislativo y cada cuatro para un Poder Ejecutivo.
Tenemos que repensar el diseño institucional, argentinos. No podemos seguir con la rémora monárquica de personas que son designadas por vida y que nunca más rinden cuentas a nadie. No se saben sus declaraciones juradas. No se sabe dónde viven. No se sabe qué tienen. Esto no es de República. Eso no es de democracia. Pónganle el nombre que quieran.
Miren sino. Hace pocos días conocimos un informe de un organismo constitucional respecto del préstamo del Fondo Monetario Internacional. Y fíjense que se hacen todos los otarios y otarias, como perro que volteó la olla y después se la pasan hablando de democracia, republicanismo y Constitución.
Empecemos a cumplir la Constitución. Investiguemos la deuda, investiguemos sus responsables.
(aplausos)
Es hora que en la República Argentina no estén para cuidar los intereses de las corporaciones y de los poderosos, sino la de todos los argentinos y argentinas.
Quiero, finalmente convocarlos a todos y a todas para que cada uno, cada una, en su lugar de estudio, de trabajo, en la calle, en el bondi o en el subte, o en la bici, cuente y permita que este entramado de desinformación, en cuanto a los verdaderos responsables de la situación que vive la Argentina en materia de endeudamiento, de falta de dólares, de corridas, que tantas veces han asolado a la República Argentina, esta vez la gente pueda decidir con claridad pero sobre todo con información. Por eso, esto no es tarea de una persona. Esto es tarea militante.
Basta de pedirle al otro que haga cosas que nosotros no estamos dispuestos a hacer. Hay que romperse lo que hay que romperse y lo tienen que hacer todos y todas.
Yo quiero decirles que muchas gracias. Hoy antes de venir para acá, por la mañana. Uy, relámpagos y empezó a llover de vuelta. Hoy cuando venía para acá estaba viendo las expresiones de algunos. Guau, truenos. Me encantan. A mí me encantan las tormentas. No sé si a ustedes. Claro, yo estoy acá con techito pero ustedes no. Qué viva. Qué viva.
Pero cuando estaba viniendo para acá, veía hoy a la mañana las expresiones de compañeras, compañeros que se estaban acercando a la plaza. Me quedo con tres para finalizar y despedirnos.
NoooooNooooo
El de una compañera … Sí, cómo que no. El de una compañera de González Catán. Gracias compañera,
Una más y no jodemos más
Una compañera, no sé el nombre porque no lo dijo. Ella venía sola. Era rubia con una coleta, venía de González Catán, no sé debe estar por ahí escuchándome, a lo mejor. A esa compañera que me miró desde su sensibilidad de mujer, gracias, muchas gracias. La pasaron por C5N. Por TN esas cosas no las pasan.
Después había una pibita chiquita, que había venido de San Juan, Hebe, debe estar por ahí también, y que venía a verme, a agradecerme. Gracias, Hebe.
Y un compañero José Flores, creo, venía de gaucho, de Salta, con el poncho colorado de Güemes y dijo algo muy hermoso de su madre que le hablaba de Evita, aunque había perdido el sentido, le hablaba de Evita, Fidel, yo también te quiero mucho. Los quiero mucho a todos y a todas.
Muchas gracias por esta tarde maravillosa. Muchas gracias por tanto amor. Es lo que me ha sostenido en pie. Sin ustedes, sin el amor, sin los rosarios que me alcanzan. Sin Dios y la Virgen seguramente no estaría acá.
Muchas gracias a todos y a todas. Los quiero mucho.