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Comunicado de La Pocho Lepratti

Contra las “alianzas y acciones oportunistas” de la conducción de ATE

Bajo el título “Los trabajadores del Estado y el proyecto nacional”, la Agupación Pocho Lepratti de la Lista Azul en Ate afirmó que “muchos compañeros de ATE son traccionados por la desvergonzada actitud de Micheli, quien transforma a nuestra organización en furgón de cola de las aspiraciones de poder de Moyano, Barrionuevo y cía, quienes no dudan en mostrarse sonrientes en distendidas reuniones junto a Macri, De Narváez o Scioli”.

Bajo el título “Los trabajadores del Estado y el proyecto nacional”, la Agupación Pocho Lepratti de la Lista Azul en Ate afirmó que “muchos compañeros de ATE son traccionados por la desvergonzada actitud de Micheli, quien transforma a nuestra organización en furgón de cola de las aspiraciones de poder de Moyano, Barrionuevo y cía, quienes no dudan en mostrarse sonrientes en distendidas reuniones junto a Macri, De Narváez o Scioli”.

Sobre la movilización a Jefatura de Gabinete organizado por la conducción de ATE y Pablo Micheli, la Pocho Lepratti opinó que “un sector cada vez más minoritario de la conducción de la lista verde convocó a un plenario entre gallos y medianoche para definir un paro y movilización para el 17 de mayo”.

El siguiente es el comunicado completo difundido por la agrupación Pocho Lepratti: La clase obrera en la Argentina atraviesa actualmente un profundo proceso de fragmentación, en momentos en que la realidad política nacional y latinoamericana consolida el avance de los pueblos y el fortalecimiento de los trabajadores como sujeto colectivo en disputa por el poder. La paradoja se explica porque luego de casi tres décadas en las cuales se impusieron políticas neoliberales a fuerza de ajuste y represión, muchos compañeros de nuestro sindicato nucleados en la CTA conducida por Pablo Micheli, creen que el proceso político abierto en mayo de 2003 constituye una réplica de aquellos años y por eso se proponen una estrategia de oposición a cualquier costo. Aún cuando para lograrlo, tengan que valerse de acuerdos con sectores reaccionarios del sindicalismo y la política que pretenden volver a las recetas del pasado.

En aquellos oscuros días de la década del ‘90, cuando nuestro querido Germán Abdala proclamaba en soledad desde su banca en el Congreso Nacional “fortalecer el Estado para liberar la Nación”, a contramano del discurso hegemónico, nuestra ATE y la CTA se erigieron como una sólida construcción colectiva que desafió incansablemente las políticas antipopulares a través de una estrategia de lucha y resistencia, frente al avance de la derecha neoliberal legitimada por el imperialismo, los grupos económicos concentrados y los organismos internacionales de crédito.
Gracias a esas luchas, coronadas por las aciagas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, a partir del año 2003 los trabajadores nos dimos una oportunidad histórica de avanzar con la recuperación de las principales banderas que siempre habíamos defendido: el empleo, el salario, las políticas públicas, la organización colectiva, la militancia y tantas otras que se corporizan en hechos concretos de los cuales podríamos dar cuenta por largo rato. Sin embargo, algunos dirigentes con los cuales supimos transitar este camino, no han hecho una lectura correcta del momento político y creen fervorosamente que la resistencia continúa, y que los trabajadores, lejos de avanzar parecerían estar retrocediendo al abismo del neoliberalismo, mientras buena parte de América Latina consolida sus procesos populares que conducen de manera irreversible a la construcción de la Patria Grande.

Así, algunos dirigentes de nuestro sindicato y de la central residual dirigida por Pablo Micheli, creyéndose vanguardia iluminada de la clase obrera, impulsan espurias alianzas con los sectores más reaccionarios de la obsoleta burocracia sindical, anquilosada en el poder desde hace décadas. Bautizan a este cambalachesco popurrí como “unidad en la acción” y organizan armados transversales de “trabajadores estatales” con una variopinta organización llamada eufemísticamente CONAGRES (Coordinadora Nacional de Gremios Estatales), sellando un acuerdo con gremios que otrora eran tildados de “burocracia sindical”.

En la desesperación por posicionarse como “alternativa” de resistencia, muchos compañeros de ATE son traccionados por la desvergonzada actitud de Micheli, quien transforma a nuestra organización en furgón de cola de las aspiraciones de poder de Moyano, Barrionuevo y cía, quienes no dudan en mostrarse sonrientes en distendidas reuniones junto a Macri, De Narváez o Scioli. La “resistencia” frente al gobierno nacional cuenta entonces en sus filas a “compañeros”, como los nefastos Grimaldi o a Genta.

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