“En la Central estamos en un proceso embrionario y tenemos ciento ochenta días para llamar a elecciones. Además, estamos relacionándonos con otros gremios, sindicalizando cooperativas, buscando entre los segmentos sociales marginados. Una de las cooperativas, es una textil con más de cien trabajadores asociados; otra Cooperativa llamada Josefina Díaz es una cooperativa de cartoneros y otra, llamada Esperanza que está en vías de formación.
En Andalgalá, el interior de la provincia, tenemos allí relación con Empleados Municipales. También en el armado de la Central interviene ATECA, entidad integrada por docentes de la provincia. Es el sindicato más grande de la provincia, y está conformado por más de mil quinientos trabajadores. Lo cual, por cantidad y organización, en la provincia implica una fuerte presencia combativa. En nuestra provincia hay tres docentes por aula. Un maestro titular, un suplente y otro con licencia.
En este tiempo estamos cimentando vínculos con APUNCA que es la Asociación del Personal no Docente de la Universidad de Catamarca. Vínculo que está resultando dificultoso, pero allí estamos. Y otros que también están en la misma condición son los empleados legislativos, con el agravante de que actualmente, el sindicato legislativo se encuentra intervenido. Pero son los espacios donde nos estamos moviendo e intentando integrar fuerzas sindicales y sociales.
Por eso digo que el nuestro es un proyecto embrionario, pero a su vez lleno de empuje y esperanzador, y está en nosotros ir armando los objetivos que nos propusimos, aunque todavía no tenemos sede. Por esa razón hemos venido trabajando y funcionando las instalaciones de ATECA. El panorama sindical también es particular por que el Secretario General es oficialista, pero el adjunto fue candidato por la Democracia Cristiana, apoyando a Duhalde.
-¿Cómo funcionaba anteriormente la CTA?
Estaba manejada por dos o tres sindicatos con base en ATE, pero no estaban reconocidos como trabajadores del Estado en la Central. No se hizo nunca este trabajo dentro de la Central para nuestra provincia. Es esta la primera vez que comenzaremos a generar la experiencia de ampliar la participación más allá de Trabajadores del Estado. En esta dirección, estamos trabajando en una próxima reunión a realizarse dentro de noventa días, más o menos, en la que buscaremos empezar a delinear un cronograma de actividades en conjunto con las demás centrales del NOA, especialmente, aquellas con las que tenemos vínculos más aceitados, por cuestión de proximidad, por ejemplo, la CTA de La Rioja.
Realidad socio cultural y económica de la provincia
Catamarca es una provincia riquísima en cuanto a propuestas culturales. En este momento hay crecimiento de iniciativas culturales autogestivas. Se trata grupos de estudiantes de teatro vocacional, Guardapalabras y Cachalahueca. Son cooperativas de trabajo, grupos de artesanos que se radicaron en Catamarca, la mayoría son Buenos Aires y Córdoba. Llegaron a la provincia y eligieron quedarse, luego formaron estas cooperativas que hacen teatro callejero. Augusto Pastore, está a cargo de la última. Por otro lado, la cooperativa Guardapalabras es grande y dentro de ésta hay un sector que se llama los Payamédicos que trabajan con la técnica de Patch Adams.
-¿Trabajan, también, el interior de la Provincia?
No. Sólo en San Fernando del Valle. En lo que concierne al interior, lo propio, es la Chaya, “Las Mascaritas”, como le decimos nosotros a las comparsas. Las más famosas son la de Mutquin y Andalgalá, son comparsas tradicionales donde se quema el Pujllai y festejan el carnaval a la usanza del Norte. Esto es durante los meses de febrero y marzo. Después son pequeñas movidas tal vez un poco dispersas. Esto creo, tiene que ver con veinte años del Frente Cívico en la provincia, desterrando la cultura, pero no únicamente en lo que tiene que ver con expresiones culturales.
Esta concepción es abarcativa y avasalladora hasta de la esperanzas del catamarqueño medio. Acá lo máximo que aspiraba una mamá era que el hijo fuese policía. El concepto de movilidad social desapareció del imaginario de los catamarqueños y en su lugar apareció todo un avance de prácticas adictivas en los jóvenes de la provincia; a la vez que solamente el aparato estatal aparecía en el horizonte como “bolsa de empleo”, consolidando un estado dador de empleo, de becas, contratos basuras, contratos de locación de servicios.
Panorama productivo
En cuanto a la producción en Catamarca tenemos un proyecto de minería extractiva. Tenemos una producción de carácter primario y nada más. Se produce muchísimo olivo pero, el aceite no se elabora acá, lo hacen en Tucumán, La Rioja, dejándonos confinados al rol de productores de materia prima. Pese a ser una provincia muy rica, literalmente, estamos sentados en las riquezas minerales y el oro se está yendo por una cañería, desde hace quince años. A Tucumán le deja más riqueza que a nuestra propia provincia, que es donde se origina, por falta de ejecución del gobierno actual y los anteriores. En Andalgalá está la única veta de Rodocrosita, la piedra semi preciosa que nos representa, y sin embargo los artesanos locales no la trabajan, toda la producción se va a Buenos Aires y se manufactura allá.
Alco, la empresa envasadora de tomates, se instaló en la provincia hace más de quince años. Por que la calidad de los tomates producidos en nuestra provincia resultan superiores a los del resto del país, por calidades del oxígeno, suelo, salinidad, etc. En este momento Alco no está comprando nada a la provincia, se ha destruido completamente el aparato productivo y ahora no se está produciendo nada. Todo lo que produce Alco, lo compra a la vuelta, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja.
Esta es nuestra realidad, nuestra verdad. Pero el panorama socio político que se respira en la provincia es de mucha esperanza, en el próximo gobierno de la compañera Lucía Corpaci y Dalmacio Mera. Tenemos esperanza de poder revertir este panorama, con generación de mano de obra genuina, que podamos reactivar el aparato productivo.
Los catamarqueños al igual que todo el interior pedimos solamente trabajo, la posibilidad de ser protagonistas de un verdadero federalismo que nos abrace e integre sin distingos. En ese sentido, creemos que una CTA provincial con capacidad de unificar todas las fuerzas sociales dispersas, así como integrar esa juventud que nace a su etapa adulta sin un horizonte laboral, puede ser una opción de cambio profundo. Y esa es nuestra apuesta.
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