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PAZ, PAN Y TRABAJO
Que la deuda no la paguen los de abajo
“Cuando se quiere luchar, siempre hay alternativa”, Saúl Ubaldini.
El Movimiento Obrero y el pueblo argentino hemos sufrido muchos momentos de adversidad a lo largo de la historia. Sin duda, la dictadura genocida de 1976 fue el peor de todos ellos. Aún en medio del terror, la tortura, y las desapariciones cuya explicación estaba como afirmó valientemente Rodolfo Walsh en la “atrocidad aún mayor de la miseria planificada” de su política económica, las trabajadoras y los trabajadores de nuestro país no dejamos de resistir ante el poder unificado de las armas y el capital financiero. Desde la heroica re-afiliación sindical de 1977 hasta la marcha de San Cayetano de 1981, pasando por distintas huelgas y acciones sectoriales, se fue construyendo esa resistencia a la dictadura que tuvo su punto más alto en la gran marcha de PAZ, PAN y TRABAJO del 30 de marzo de 1982.
Hoy, a 40 años de aquella gesta popular que colmó la Plaza de Mayo y muchas otras plazas de nuestra patria, enfrentamos la misma disputa de intereses, la misma lucha entre los que quieren una Argentina que deje afuera al 70 u 80 por ciento de la población para asegurar sus negocios y los que queremos un país con igualdad y justicia en que todos y todas vivamos dignamente. En cada proceso de endeudamiento externo y especulación financiera, como el iniciado por Videla y Martínez de Hoz o el de Macri y su gobierno de ricos para ricos, los beneficiarios son los mismos. Hoy sufrimos esas consecuencias del último endeudamiento junto a la conducta antisocial de quienes especulan con el aumento abusivo de los precios y se aprovechan de la coyuntura bélica para enriquecerse a costa del hambre de los argentinos y las argentinas.
El entendimiento con el FMI, ratificado por el Congreso de la Nación y aprobado por el organismo pone a nuestro país en una continua revisión trimestral por parte de los auditores del fondo, con las consecuencias que ello conlleva en términos de pérdida de soberanía sobre nuestras políticas económicas, fiscales y cambiarias.
La gran discusión que se abre es: ¿Quiénes son los que van a pagar esta “deuda – estafa” al FMI? ¿Lo van hacer el hombre y la mujer de a pie? ¿Los jubilados? ¿Los asalariados que apenas pueden llegar a fin de mes? ¿Los trabajadores de la economía popular? ¿Los comerciantes? ¿Quiénes van a pagar las mieles que disfrutaron un puñado de tránsfugas sinvergüenzas? ¿Quiénes?
Los trabajadores y las trabajadoras no estamos dispuestos a hacerlo. Ante cualquier ajuste nos convocaremos nuevamente a las calles, a lo largo y a lo ancho de nuestra Patria reclamando por lo que se comprometieron, salarios y jubilaciones por encima de la inflación, ningún tipo de reforma laboral ni previsional, las tarifas de los servicios públicos deben ser razonablemente accesibles para el trabajador. Queremos crecimiento económico, reactivación del mercado interno, previsibilidad y estabilidad de precios. Queremos que nuestros hijos vivan en un país donde se incentive la producción y el trabajo con recibo de sueldo y se combata la especulación financiera, la fuga y el contrabando que a la luz del sol del Paraná se hace visible en las exportaciones granarias, mineras y en la explotación ictícola de nuestro mar argentino.
Estamos convencidos que deben ser los sectores más pudientes de nuestra sociedad, para ello proponemos que la Ley 27.605/21 se prorrogue y sea un aporte solidario extensivo de las grandes fortunas mientras dure el endeudamiento con el FMI. Que paguen los cien agentes que sabemos que fugaron 24.679 millones de dólares. Que los organismos de control fijen la mirada e investiguen a quienes tienen activos no declarados en el exterior y que paguen los que tienen que pagar.
El gobierno del Frente de Todos, nuestro gobierno, llegó para poner fin a las injusticias, para poner en marcha el aparato productivo, para dar trabajo y para construir un Estado de bienestar donde podamos vivir dignamente.
Los trabajadores organizados, hoy, como aquel 30 de marzo, con el respaldo y la firmeza que nuestra historia nos otorga, no vamos a renunciar a la lucha para exigir acciones concretas y urgentes que, a la vez que garanticen la mejora real de las condiciones de vida de las grandes mayorías, impidan el retorno al poder de quienes nos han hundido en las penurias del neoliberalismo cada vez que accedieron al gobierno. No aceptamos que no haya alternativa, y si no hay, se construye.
Como decía el querido compañero Saúl Ubaldini en relación a la marcha del 30 de marzo de 1982: “Cuando se quiere luchar, siempre hay alternativa”.
Suscribimos esta declaración hombres y mujeres del movimiento sindical argentino que seguimos sosteniendo las banderas por un país con Paz, Pan y Trabajo:
Pablo Moyano, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Víctor Santamaría, Héctor Amichetti, Mario Manrique, Ricardo Peidro, Daniel Catalano, Carla Gaudensi, Hugo Godoy, Carlos Minucci, Omar Plaini, Edgardo Llano, Walter Correa, Daniel Yofra, Sonia Alesso, Horacio Arreceygor, Roberto Baradel, Juan Pablo Brey, Carlos De Feo, Jorge Kalinger, Graciela Cano, Vanesa Siley, Claudio Marín, Claudia Baigorria, Adrián Silva, Andrea Aranda, Daniel Jorajuria, Beto Pianelli, Agustín Lecchi, Omar Giuliani, Carlos Ortega, Alejandra Darín, Domingo Moreyra, Heber Ríos, Adolfo Aguirre, Angélica Graciano, Rubén Ramos, Fabián Catanzaro, Marcelo Mena, Alfredo Bruno, Andrea Paz, Guido Valerga, Daniel Ricci, Ilda Bustos, Guillermo Omaechea, Gastón Gallo, Fabián Boccela, Gustavo Sorucco, Christian López, Marcelo Cosme, Juan Monserrat, Fabián González, Emiliano Sanhueza, Marcelo Guagliardo, Walter Merkis, Horacio Ravera, Alejandra Angriman, Pedro Wasiejko, Oscar de Isasi, Luis Branchi, Jorge Frías, Matías Fachal, Lilia López, Jorge Contratti, Claudio Burgos, Mariano Robles, Jesús Monzón, Pablo Carro, Ignacio Lonzieme, José Testoni, Sergio Toro, Jorge Hoffman, Eduardo López, Ramón Acosta, Gustavo Correa, Jorge García, Jorge Torres, Juan González, Juan José Tuffaro, Jorge D’Andrea, Belén Rodríguez, Gabriel Suárez, Jorge Molina, Guido Mengia, Sergio Elizar, Carina Maloberti, Tomás Montenegro, Rubén Fernández, Sergio Calderón, Juan Carlos Murúa, Pablo Flores, María Inés Quattropani, Marcelo Pariente, Carina Sedano, Guillermo Cantantore, Carlos Milani, Luis Zabala, Alejandro González, Jorge Castro, Luis Dante, Carlos Cuevas, Raúl Durdos, Juan Carlos Cancinos, Diego Corvalan, Silvia Vélez, Alejandro Salcedo, Pablo Perazzi, Horacio Valdez, Fernando Mazzone, Luis Tiscornia, Graciela Aleñá, Pablo Spataro, María José Domínguez, Carlos Zolezzi, María Isabel Ruiz, David Toledo, Rubén Caballero, Sandra Schieroni, María Susana Liwsky, Mauro Hernán Vallejos Fernández, Fernando Ramírez, Rogelio De Leonardi, Daniel Gozainy, Hugo Daniel Russo, Roberto Páez, Fabian Polverini, Nuria Yabkowsky, Cristian Flores, Octavio “Tato” Miloni, Pedro Sanllorenti, Esteban Secondi, Federico Cormick, Verónica Gargiulo, Gabriela Mariño, Ary Piovaroli, Javier Blanco, María Susana Liwsky, María Florencia Granato, Esteban Vergalito, Horacio Itzcovich, Arnoldo Pucci, Jimena Juri Ayub, José Correa, Manuel Gil, Feliciano Romero, Telmo Fernández, Humberto Torres, Marcelo Pagani, Enrique Ortiz, Sergio Gerardo Benítez, Ivanna Rezzet, Norma Beatriz Torres, Carlos Gigena, Edgardo Carmona, Pablo Jiménez, Oscar Gijena, Cielo Parodi, Héctor Schmidt, José Pasotti, Agustín Bruera, Norberto Manzano, Gramajo Emiliano, Ángel Savino, Marcos Castro, Julio Gutiérrez, Gisela Bernardini, Florencia Cabañate, José Luis Robert, José Leguizamon, Marcelo C. Actis, Raúl Epelbaum, Valentina Ottino, José Minaberrigaray, Luis Lucero, Magali Pereyra, Esteban Vergalito, Nahuel Chancel, Julio Pintos, Osvaldo Barreñada, Silvia Torres Robles, Julio Acosta, Brenda Morales, José Voytenco, Juan Godoy, Nilda, Escotorrin, Andrea Sánchez, Diego Godoy.