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Macri: ese facho

, por Tabaré

Por Tabaré - El diputado porteño, Edgardo Form, manifestó en una conferencia de prensa que "la falta de vacantes no es una fatalidad de la naturaleza, sino un acto deliberado y consciente de la gestión del PRO contra la escuela pública”. Es cierto lo que afirma Form, Macri viene destruyendo “lo público” en todo el espinel. Y que no haya vacantes es una preocupación menor.

Además, que a estos imaginativos elegidos del pueblo se les ocurra empotrar a alumnos primarios dentro de un container es su forma de demostrar su sentido de la solidaridad. Realmente se pasa. Y no sólo eso, el Jefe tiene un equipo de superlujo. Escuche las declaraciones de este joven geronte, Carlos Regazzoni a –por supuesto- La Nación: “No son aulas containers , las llamamos nuevas salas".

Qué cosa.

Las "nuevas salas", o lo que llaman salas, tienen una media de cinco a siete metros de largo por seis a ocho de ancho; tendrán techo de chapa o lámina metálica a dos aguas y paredes de chapa galvanizada recubiertas de PVC en su exterior y madera aglomerada en el interior. Aulas de 5 x 7 por 8 de ancho. Fastuoso. Y que marche caja de sardinas para pibes. Los embuten entre chapas. Eso sí, “Se trata de 41 unidades prefabricadas removibles por las que se pagaron 24 millones de pesos y que generarán 1377 vacantes. Cuando falta poco más de un mes para el comienzo de las clases y todavía unos 17.000 chicos no tienen su vacante , el gobierno porteño acelera la instalación de "aulas móviles" en nueve escuelas públicas. (La Nación)

Digamos, si uno piensa ¿no? que si una nena de siete años quiere ir al baño un día de lluvia, tiene que salir de la sardinera y meterse en otra más compacta. Entonces, que no quepa la duda, este Jefe es un benefactor, sabe que a los pobres hay que criarlos en el rigor, así aprenden.

Blindex

Muchos afirman que Macri hace lo que hace porque está blindado por los multimedios, sobre todo por el Grupo Clarín. Y puede, en parte, darse por cierto. Pero eso, no libera al porteño de sufrir a este facho al mando de la ciudad más poderosa y rica del país.
Un señor que considera un “gasto” la educación, o una desprolijidad financiar pobres o medio pobres o esa clase media porteña. Ni qué hablar de gastar en edificios, en salarios dignos para los trabajadores. Tampoco se inmuta cuando se inundan barrios que antes no se inundaban y que sin embargo esos inundados lo votan. No todos.

Pero asombra. La mugre se come las callecitas de Buenos Aires, ¿viste? Y ellas lo votan. No todas. Por la ribera de tu sábana, yo no vendré, y calamidades por el estilo. A este señor le asusta la poesía, hasta la escupe con tal de no saber de un niño en la calle. Paradojas. Los porteños, no todos, lo ven como un triunfador; Macri representa lo que ellos quisieran, quisieron, no pudieron, ser, y le ponen el voto. No todos. No todas.
 
Ese señor facho

Con todo esto, algo sabido: Macri es un hombre de extrema derecha y está visceralmente contra todo lo “estatal”, o rentado por el Estado, como educación, salud. Es lo que realmente se conoce como "El hombre Facho”. El único que lo emparda y por ahí le gana lejos, aun estando muerto, es su maestro: Martínez de Hoz. El tipo que nos metió en la deuda externa, -además de los muertos y los saqueos estilo Papel Prensa-, que ya llevamos dos generaciones pagando y siempre es más. ¿Hubo culpa? No. Macri tampoco siente culpa por meter cientos de niños en latas de sardina.

Son pobres. No es novedad, quien ha seguido un poco la desafortunada “administración” macrista, sabe de “joyas” como intentar expulsar a la calle a ciudadanos y ciudadanas con alteraciones mentales y apropiarse de las 42 hectáreas que componen el territorio de los Hospitales Moyano y Borda. Sí, lo justo, desalojar esos marginales que están parados sobre millones de dólares. Y eso no es posible.

No para Macri.

Pero Macri está, es gobienro en la Ciudad y no hay espacio para el susto. Ahora la pregunta del millón: ¿cuántos de esos padres y madres que sus hijos quedaron fueron del sistema y ahora tendrán que cursar en esas cárceles flotantes, lo votaron? ¿Cuántos porteños no sólo votaron a Macri sino que, además, piensan como Macri? La última experiencia humanizadora –al menos que se recuerda- fue a consecuencia del “corralito”, cuando a la clase media y media alta le confiscaron los ahorros en dólares: sí, ahí salieron a la calle junto a la negrada: las lucha es una sola, gritaban tapándose la nariz.

Luego, cuando repusieron sus arcas personales –gracias al gobierno de Néstor Kirchner- pegaron la vuelta y volvieron a votar por un facho. “Un rico no roba” es la estúpida frase que se escuchaba. Giladas. Ahora están viviendo la respuesta.

Para terminar. Como al hombre no le entran las balas, se puede recurrir a un axioma que viene desde el tiempo: no matar al mensajero. No matar al que trae la mala noticia. Y Macri es eso: el mensajero.

Lo que vendrá.

O lo que ellos quieren que venga. Ellos son los que mandan, los que deciden cuantos millones morirán cada año por hambre en el mundo o cuántos desocupados tienen que haber para hacer rentable, a placer, sus imperios.

Y el gran sueño de los que mandan, es cobrarte por mirar un amanecer, una luna naciendo por entre los árboles, o que un niño pague por estudiar. O que te dejen agonizar en la puerta de un hospital porque no hay dinero en tu bolsillo: eso quieren. Ellos son como la mano de dios en el infierno: eso es Macri.

PD

Padres impidieron la instalación de un "aula container" en Palermo
Varias decenas de adultos, junto a sus hijos, frenaron la entrada de operarios que iban a iniciar las obras. Ahora montan una guardia para frenar la obra.

Padres del Jardín de Infantes "Granaderos de San Martín", en el barrio de Palermo, impidieron la colocación de una de las "aulas containers" que adquirió el gobierno porteño para suplir la falta de vacantes, tras el fracaso de la inscripción online.

Los padres no están solos.

Bajo la consigna “para que no quede ni un solo chico sin vacante en la escuela pública”, legisladores porteños estuvieron frente al ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires junto a las madres, los padres y los chicos que aguardan por un lugar en la escuela pública.

“La única forma de defender la educación pública, que es el camino para garantizar el acceso al derecho, la igualdad, al avance en nuestra sociedad como ciudadanos es ésta participación popular de toda la comunidad educativa”, expresó Form.

Estuvieron presentes los legisladores porteños Gabriela Alegre, Pablo Ferreyra, María Rachid, Marcelo Ramal, Lorena Pokoik, Paula Penacca, Tito Nenna (mandato cumplido) y Eduardo López, secretario general de UTE, entre otros participantes.

Macri tampoco está solo. La pulseada es mayor: es salvar en la ciudad, la escuela pública.

 

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