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El trabajo del Frente Barrial de la CTA

Juan Vitta - El Estado tiene que seguir funcionando. No hay otra. No es con políticas de caridad

, por CTA Comunica

Conversamos con el secretario de Economía Social y referente nacional del Frente Barrial de la CTA-T, Juan Vitta, sobre la historia de lucha de las organizaciones territoriales que integran el Frente en todo el país y sobre el difícil contexto del presente, con un gobierno que demoniza al sector para justificar la ausencia de políticas públicas.

Juan Vitta es maestro de grado, militante social y ‘pincha’ (hincha del Club Atlético Estudiantes). Hijo de madre y de padre docentes, nació en Capital, vivió en Ciudadela y después se mudó al sur. Primero a Berazategui y finalmente se radicó en Florencio Varela junto a su compañera, también docente. Comenzó a militar desde muy joven, a los 13, 14 años, en la capilla del barrio. Corría el año 1983. En el magisterio, fue parte del armado del Centro de Estudiantes, lo que años antes, en plena dictadura, no hubiera sido posible, debido a la persecución política del Terrorismo de Estado. Se vinculó con la CTA y llegó a ser, con tan sólo 30 años, Secretario General de la CTA Florencio Varela por tres períodos, desde el 2000 hasta el 2010. También se desempeñó como Secretario de Previsión Social de la CTA provincia de Buenos Aires y como referente del Frente Barrial de la CTA bonaerense. Hoy es Secretario de Economía Social de la CTA-T y referente nacional del Frente Barrial.

“Con otras organizaciones, con otros compañeros, el Frente Barrial se supone una organización horizontal de todas las organizaciones sociales que militan lo barrial, que están dentro de la CTA. Es un poco la apuesta. Hicimos otro tipo de experiencia de organización barrial en la CTA y en esta etapa entendimos que tenía que ser algo más combinado y va resultando”, detalló Juan Vitta y agregó: “El Frente Barrial venía de Provincia de Buenos Aires. Cuando fue la ruptura, vimos que era necesario juntar a las organizaciones sociales para tener otra pata más fuerte de la CTA provincia y eso se trasladó a nivel nacional”.

“Comencé a militar a los 13, 14 años. Me acerqué al Partido Intransigente en las elecciones del año 1983 y, además de esa militancia partidaria, intentar en el 84, 85 armar centros de estudiantes. Nos juntábamos en la puerta del poliltécnico, de una escuela de Berazategui, y los compañeros del sindicato docente. Mis viejos eran docentes, así que también nos prestaban para hacer alguna reunión. Íbamos armando centros de estudiantes en los primeros años de democracia. Milité en capillas del barrio, con curas piolas. En la capilla, donde primero había unas monjas a cargo, luego el cura Carlitos, que era un pibe en ese momento, tenía 30 años, y ahora forma parte del grupo de Curas en Opción por los Pobres. Ahora está a cargo de la parroquia central de Varela. Nos fuimos cruzando. Mezclada mi militancia inicial entre lo partidario, lo estudiantil, lo eclesiástico, pero más dedicado a lo social. Era ayudar en la misa del rosario de los sábados y después ir viendo algunas necesidades del barrio, en el laburo territorial. Tener estas participaciones en distintos ámbitos me dio un poco más de ductilidad, para además de lo gremial luego, que apenas fui maestro me incorporé al SUTEBA, delegado de escuela, pero ya estábamos en los 90, 92, era ver otras vetas por donde podíamos organizar a los compañeros. La CTA agrupó al sector de compañeros desocupados, movimientos sociales, de jubilados, de centros de estudiantes”, detalló.

“Cuando me incorporo al SUTEBA, como delegado, y con más ganas a la militancia gremial, era cuando se estaba creando la CTA. Los compañeros de Varela, quizá por estas experiencias previas también en la militancia estudiantil, en un paso fugaz de dos años en la Universidad de La Plata, después en el Magisterio organizando el centro de estudiantes en el Cruce de Varela, de entrada nomás vieron que tenía perfil para la CTA. Que tenía eso, que organizaba a los docentes. De ATE, en esas épocas, lo más fuerte en Varela eran los compañeros municipales, que eran los que más se movían. Judiciales eran muy pocos. Había un solo juzgado en Varela, ahora tienen más presencia. Y lo barrial. Un gran tractorazo con los sectores rurales, creo que fue en el 96, recién todavía no había sido la primera elección de la CTA que fue en el 97. Los compañeros, entre ellos Silvia Almazán, compañera actualmente secretaria adjunta de SUTEBA provincia de Buenos Aires, y parte de la conducción de CTERA. Silvia también es de Varela y vieron que podía tener perfil para ese lado, y la verdad que sí, me divierte mucho más esta parte más barrial que lo estrictamente normativo, gremial, de los docentes”, subrayó.

- En una entrevista en el 2020, definiste que desde el Frente Barrial de la CTA "construimos trabajo autogestionado en el territorio (cooperativas de trabajo), capacitaciones en oficios, desde el Plan FinEs, ideado por Mary Sánchez, histórica dirigenta del SUTEBA y de la CTERA, turismo social, compras comunitarias". También que "el Frente Barrial tiene diversidad de organizaciones. Las que vienen de centros culturales barriales, territoriales, hasta las que vienen del piquete, de las gomas quemadas” y de la olla popular. ¿Qué es el Frente Barrial de la CTA y qué trabajos hacen?

- Sigue siendo parte de lo mismo. El Frente Barrial es un espacio de unidad, de todas las organizaciones sociales que participan de la CTA-T. ‘De todas’ es una aspiración, hay algunas que se toman su tiempo, que participan de la CTA, pero no se han integrado al FB. Pero, en general, esta es la apuesta y se cumple en todo el país, en las distintas provincias articulando entre sí.

Está planteado así, la idea es que ninguna pierda su identidad, porque hay distintas organizaciones, de distinto volumen o extensión territorial hasta organizaciones de un barrio. Desde organizaciones que actúan de un barrio de un solo distrito hasta otras que son nacionales, que tienen mucha historia en la CTA como MTL (Movimiento Territorial Liberación), el Frente Transversal, que antes del 2000 ya existían y eran parte activa de nuestra central. Combinar todo eso. Lo que nos une básicamente es el tipo de tareas y la visión de que somos parte de la clase trabajadora y por eso nos integramos. Hay muchas otras organizaciones sociales que no hacen ni mejor ni peor trabajo que nosotros, pero la principal diferencia es eso, que no se han integrado a una Central, entonces su inscripción en la clase trabajadora es como más lejana. El piso de ser parte de la Central nos da un nivel de unidad muy grande, aun cuando tengamos diferencias en el tamaño, la extensión, la cantidad de tareas que tomamos, en la historia que tenemos, porque cuando decías, hay organizaciones que se han acercado, que venían de la lucha del 2001, los piquetes, las gomas, que no habían asumido tanto las tareas de educación popular a través del FinEs y otras que eran un centro cultural en un barrio, entonces la educación popular era su centro.

Todo eso se va combinando. La apuesta es que cuando vas andando se van generando jerarquizaciones, caras de compañeros más conocidas, pero que no termine ninguna hegemonizando a todo el resto; que entre todas podamos dar el debate de cómo y por dónde en cada etapa y que entre todas hagamos crecer una organización de los trabajadores, dentro de la Central, orgánicamente en la clase, a medida que avanzamos. Además con fuertes responsabilidades en la conducción de la Central también, porque en todas las mesas provinciales hay compañeros que integran el Frente Barrial. En provincia de Buenos Aires hay 9 compañeros que la integran de distintas organizaciones; en Ciudad de Buenos Aires, hay varios, pero hasta el secretario general de la CTA Jujuy, es un compañero de una organización del Frente Barrial. Ahora, somos parte de la discusión política, que también no ocurre en otros lugares y con la apuesta en esta etapa histórica que nos toca, y con la destrucción que hicieron de nuestra clase, en los distintos períodos neoliberales, teniendo 40, algunos dicen hasta el 50% de la clase trabajadora que no tiene empleo registrado, con la apuesta de ser el articulador de ese 50%.

Aspiramos a que muchos más registren su trabajo, que crezca el empleo genuino, con capacidad de sindicalizarse, con todos los derechos, pero hay mucho de ese 50% que no está registrado que si no lo organizamos para la clase y en la clase desde lo barrial, no lo organiza nadie. No tienen posibilidad de otro espacio de debate orgánico como trabajadorxs. Y así, todas estas tareas, desde lo alimentario hasta la educación popular, que es FinEs o es el apoyo escolar, las escuelas de oficio. Desde lo productivo, pequeños emprendimientos hasta medianos, cooperativas, y desde ahí gestionar con el Estado las ayudas o las obras que nos permitan hacer crecer eso, hasta el mejoramiento del hábitat popular que va desde hacer la vereda en el barrio hasta construir las casas, o ser la cooperativa que estamos haciendo la escuela en ese barrio o discutiendo con el intendente cómo hacemos para que no se nos inunde más ese hábitat que sectores populares ocupamos.

En momentos de retroceso como el que vivimos, lamentablemente, muchas de esas cosas que van solucionándole la vida a los compañeros, porque logramos que terminen el FinEs y que se inscriban en la Universidad de Lanús o la de Matanza, o la que fuera, o mejoramos el barrio y ya no tienen la instalación eléctrica deficiente, sino que accedimos a programas, como estamos haciendo ahora en provincia de Buenos Aires y en otros lugares, para mejorar la instalación eléctrica dentro de las casas, o mejorar el baño, o poner el tanque y hacer la bajada de agua, muchas de esas cosas que claramente cambian la vida de una persona, de una familia, y al final de todo el barrio, son tapadas por la urgencia en momentos de retroceso. Entonces estamos más dedicados a sostener la olla o a conseguir la chapa cuando se inundaron, pero hay menos posibilidades de lograr la solución para que nunca nos inundemos.

En esa tensión entre lo que queremos mejorar y lo urgente, es parte de la actividad de las organizaciones todas y del Frente Barrial en particular.

- También decías que en el Congreso de la CTA de octubre de 2019 (antes de la pandemia) la central decidió que la experiencia del Frente Barrial se extendiera a todo el país. Contabas que en provincia de Buenos Aires eran en ese momento más de 20, 25 organizaciones, y en el país muchas más. ¿Hoy se han sumado más?

- Es muy fluctuante. Más o menos es el mismo número. Se integran algunas, pero otras por el devenir de su funcionamiento se alejan o no son tan orgánicas. Más allá del número de organizaciones, desde el 2020, más allá de esos números, creo que desde ahí, recién la CTA desde el Congreso de 2019 en Lanús decidió extender a nivel nacional esta experiencia de trabajar todas las organizaciones juntas, bajo un mismo nombre, con las particularidades y la identidad de cada uno. No dejamos de ser lo que éramos. Del 2020 hasta acá ganamos mucho en cohesión. En que los distintos territorios, provincias, municipios, departamentos haya mayor integración entre las distintas organizaciones, que sea mucho más visible la identidad Frente Barrial que la enarbola un compañero del Movimiento Mayo, de la Germán Abdala o un comedor de Chaco, las Mujeres Canoeras.

Más allá de cuántas organizaciones seamos, creo que avanzamos mucho en la cohesión interna, en mayor debate y articulación entre las distintas organizaciones, mayor visibilidad hacia afuera. Primero hacia afuera de las organizaciones, pero dentro de la Central es mucho más visible el trabajo de lo que ya venían haciendo desde el 92 las organizaciones que estaban integradas a la CTA y también hacia afuera. Y hacia afuera es las otras organizaciones. Hoy en esta etapa de resistencia trabajamos con otras organizaciones y en todo el territorio nacional, pero también hacia los gobiernos, que empiezan a reconocer que hay un actor que organiza trabajadores y trabajadoras del territorio, de los barrios y que ese actor se llama Frente Barrial. No es el único, pero es uno más que está ahí y en eso se avanzó.

De lo que nos falta es tener un funcionamiento federal más continuo y hasta ir generando una orgánica nacional. La extensión del país, de organizaciones, las dificultades económicas, lo hacen bastante difícil, pero lo tenemos anotado entre nuestros ‘debe’, así que en cualquier momento lo vamos a solucionar.

- El Frente Barrial agrupa organizaciones que son actores políticos muy importantes. Contienen a aquellos sectores vulnerables, y vulnerabilizados por un gobierno que retira las políticas públicas y la presencia del Estado (Milei considera que el Estado es “un criminal”, porque cobra impuestos). ¿Cómo están viviendo la falta de entrega de alimentos a los comedores - el periodista Ari Lijalad descubrió a partir de un pedido de acceso a la información pública, que el Ministerio de Capital Humano tenía acopiados, sin entregar, más de 5 millones de kilos, 5 toneladas de alimentos destinados a los comedores -, la falta de políticas públicas destinadas a que los sectores populares puedan hacerle frente a una crisis económica agudizada por las malas o nulas políticas del gobierno de Javier Milei a favor del pueblo?

- Dificultades todas, porque si Milei piensa que el Estado no sirve y es un ‘agente criminal’, pero además criminaliza a las organizaciones sociales, y no implementa nuevas políticas directas, porque quizá la solución sería mandarle por correo el fideo y el arroz a cada uno de los que integran el 55% de argentinos pobres. Nos acusaban del 40 en noviembre, a las organizaciones populares, o a los que bancamos el último gobierno con sus más y sus menos. Nos acusaban del 40% y ahora dicen que estamos en el 55% de pobreza. Anteayer se conoció la existencia de 5 millones de kilos de mercadería guardada que no han entregado a nadie.

Si el Estado no sirve y están destruyendo todo su funcionamiento, si las organizaciones sociales son el mal mismo, las dificultades son todas, porque no están implementando nada que pueda aportar una ayuda, mucho menos la concreción de sueños, a ningún argentino, ninguna argentina. No hay familia que lo esté pasando bien, incluso los que lo bancan, los que lo votaron y los que aún lo bancan, todos están recortando en algo y no hay ninguna política pública para emparchar eso, ni siquiera en el mientras tanto. Incluso si le diera la ventaja de que en un tiempo vamos a hacer Alemania o Irlanda.

La forma de resolver lo que promovemos es la misma que decimos en la Central. Unidad con todos los parecidos, mayor organización interna para sostener todo lo que podamos sostener, y para la mayor organización mucho más debate con los compañeros.

Cualquier cosa que nos cae en la mano para poder ir charlando con el vecino para darle un poquito más de debate a los compañeros que ya están organizados, la tratamos de implementar, porque este es el momento, y además porque es lo contrario a lo que propone este gobierno que absolutamente vino a romper con todo. Ellos llaman a desorganizarnos, ellos dicen no les den más bola a las organizaciones. ‘Las organizaciones son delincuentes’. ‘El Estado no va a actuar más porque no tiene que hacerlo’. Bueno, nosotros nos organizamos más, al contrario de lo que dicen, mostramos que no somos delincuentes y además generamos acciones en la más extensa unidad posible para demostrar que el Estado tiene que seguir funcionando. No hay otra. Si no hay políticas del Estado, no hay forma, no es por la caridad, aunque nos desvivamos juntando arroz y cebolla no vamos a poder hacer guiso para todos. Pero también en un gobierno distinto que este, el Estado sin las organizaciones sociales, solo, no tiene capacidad para llegarle a cada comedor, a cada familia, a cada inundado, a cada analfabeto o compañero que no pudo terminar la primaria, la secundaria, llegarle con la respuesta necesaria.

El Estado tiene que tener los programas, pero en el medio están hay un enorme entramado social que incluye las iglesias, los clubes de barrio, a otros también, no solo a lo que llamamos organizaciones sociales. Pero hay un entramado social que es el que conecta con la persona correcta. Aunque en otro gobierno, en otra situación, cuando ganemos y demos vuelta este desastre, aunque multipliquemos por diez los empleados del Estado, no llega a ser lo que hacemos todo este entramado social que está en el medio.

Entonces es ultranecesario. Lejos de ser delincuentes, y afanar polenta y no rendir los programas de mejoras barriales, que es todo mentira, somos parte de lo necesario. Ni el mejor gobierno como cada uno quiera ponerle, se despierta Néstor, Perón, el Che Guevara y funcionan todos en terceto, codo a codo, no lo pueden hacer sin ese entramado social. Y el Frente Barrial, en este momento para resistir y en otro para ser parte de ese entramado se prepara organizándose para poder hacer esa conexión.

Son estas organizaciones las que saben cuál es el pibe que está cayendo en la droga y la mamá le viene llorando para que le demos una mano, para ver cómo rescatarlo. No hay forma de detectarlo de otro lado. Desde el Estado, la escuela y la atención primaria de salud también, pero no llegaría a todos lados sin este entramado.

- ¿Cómo encarar esa eterna batalla cultural frente a discursos de personas de a pie que tildan de “corruptos” a sindicalistas, políticos, organizaciones sociales, etc.? ¿Qué te pasa cuando tildan a estos sectores de “planeros”, de “vagos”, de “ladrones” (por ejemplo en el caso de las cinco denuncias que no pudieron probar en la justicia y que agigantaron en los medios hegemónicos para demonizar a los sectores populares)?

- Primero hay que gritar que es mentira. Habrá alguno que se afanó un kilo de polenta, puede ser. Buscalo, probalo, metelo en cana. Igual quiero primero en cana a los que se fugaron 45.000 millones de dólares entre las Paso y que entregaron el gobierno, allá por el 19.

Pero si fuera el caso, primero eso, es mentira y sino probalo. Tiran denuncias, tienen todo el aparato comunicacional, no solo ya como decíamos con el multimedios hace 10, 15 años, sino el de las redes sociales. El tipo no se reunió todavía con ningún presidente y se reunió dos veces con Elon Musk que maneja las redes sociales del planeta. Y no es casual.

Yo twiteo, publico una fotito en Instagram, pero ellos tienen la manija. Es dificultoso, pero como tenemos la razón, porque no hay forma de que no salten, y en algún momento se va a ver que es necesario, como decía hace un ratito, no hay forma de implementar políticas que le den felicidad a la mayoría sin todo este entramado social. Las patas del Estado de Salud y Educación, pero después las organizaciones sociales, los clubes de barrio, los centros de jubilados, no nos pueden saltar. Si se quiere llegar a la mayoría tienen que hacerlo.

El combate es con todo. Con calle y con responder en la justicia y con discutir mano a mano con los vecinos. En los 90 ya nos tocó. Como mencionaste, comencé a militar en el 83, que las privatizadas eran mejores que las del Estado, escuchábamos con Grondona y Neustadt en el 85, 86. Alfonsín comenzó a implementar las primeras políticas. ‘Plan Houston’ se llamaba en el petróleo, creo que era 87, pero en el 91, 92, cuando la convertibilidad logró que salga todo lo mismo, aunque se vendía nuestro patrimonio, que los precios no aumenten, durante muchos años remamos contra un sentido común que era contrario, que parecía que estábamos locos, y al final recuperamos el sentido de las mayorías a favor de que el Estado tenía que estar presente, que era mejor un presidente que iba a solucionar un conflicto docente en Entre Ríos a los dos días de asumir y bajaba la plata desde Nación, porque las provincias no son extranjeros, como vemos ahora en Misiones.

La CTA remó desde el 96, 97, hasta que en el 2009 se hizo realidad la Asignación Universal. Costó incluso debatirlo en los primeros gobiernos kirchneristas, pero finalmente Cristina lo tomó y hoy hay casi 4 millones y medio de pibes que cobran la AUH. Ese sentido común que se pudo cambiar.

Y para que no parezca que hay que esperar 15 años para darlo vuelta, vemos en este momento que los tiempos son mucho más acelerados que en otras etapas de neoliberalismo. Vamos por la cuarta en la Argentina.

Los tiempos son mucho más acelerados. Un paro enorme el 24 de enero, ahora el 9, la movilización universitaria increíble en todo el país. Porque no era algo solo de los porteños o de la UBA. Lo tuvieron que reconocer, y hay cosas que se rompen. Intentaron romper con la UBA y ahora terminaron de firmar lo mismo, aunque es parcial la solución, para todas las universidades.

La marcha de las mujeres, del 8 de Marzo, la del 24 de Marzo, que fue una de las más grandes que yo recuerde. Hay cosas que están pasando mucho más rápido. Los ataques son más rápidos, pero nuestra respuesta también. No va a faltar mucho para que no solo en el caso de las acusaciones falsas, que en todo lo otro recuperemos el sentido común de nuestra gente.

- Los pilares del Frente Barrial, contabas también en la entrevista, son: Salud, trabajo, educación, vivienda y ocio. Parece tremendo pensar en este momento en el último, con estos niveles de pobreza, indigencia y desocupación, pero al mismo tiempo, es necesario el ‘ocio productivo’, el promover espacios que generen la construcción de lazos comunitarios y de reciprocidad. De hecho en el Frente mismo hay centros culturales que tienen talleres y actividades para llevar a cabo esos encuentros, para cubrir esas necesidades.

- Hay centros culturales y es de las cosas más felices que podés hacer. Cuando un pibe de un barrio que, en general, estaba condenado a terminar la primaria, terminar la secundaria a los sopapos y trabajar de albañil y todos los días ver si podía llenar la olla, de acá hasta que se jubile, si podía jubilarse, que pueda hacer muralismo, teatro, o aprender otras cosas, lo que le venga en gana, es muy feliz.

Hay compañeros, organizaciones. Compañeros de Tucumán le dedican fuerte a las bandas de música, quizá una tradición medio yankee, esas bandas que marchan, pero logran que pibes de los bordes de Tucumán, de la zona baja, de las barriadas, toquen el trombón, la trompeta. En verano se fueron a un intercambio a Uruguay, estuvieron organizándose para pagar el bondi, haciendo malabares como siempre. Eso es importantísimo.

Otros que vienen trabajando muchísimo en el deporte, en el Conurbano, al menos, que es lo que más conozco, está medio solucionado el fútbol infantil para los varones de 6 a 14 años, pero cuando crecen ya están fuera y las pibitas están fuera desde que nacieron. Ahora está creciendo algo de fútbol, de hockey femenino en los clubes barriales.

Poderle dar respuesta a eso y respaldarlo, es otra cosa. En cosas que traigan sonrisas para nosotros es muy importante. No solo vivimos de la vacuna y el plato de comida y ya con eso contentate. Lo urgente. Y entre las cosas que más sonrisas nos traen, es un despelote organizarlo, es lo de turismo social.

En el inicio de la experiencia en provincia de Buenos Aires, verano del 2012, vimos que era una punta, probamos, logramos un par de viajes para ir a Chapadmalal y recontra funcionó. Este verano fueron muchos viajes, más de 50 viajes de todo el país. Doce provincias viajaron todas las organizaciones, 3600 compañeros con su familia, con la abuela, a Embalse, a Chapadmalal, y es enormemente gratificante que cada tanto podamos atender no solo lo urgente, sino eso. Lo que nos hace felices. Es mucho lío organizarlo, entre tantas organizaciones, desde distintos lugares, muy difícil la repartija. Es todo autogestionado porque en Chapadmalal y en Embalse hay que pagar estadía, pero además hay que pagar los micros.
Este verano con el aumento de nafta, la desregulación de todo y qué sé yo, sostener cada viaje fue un acto heroico de parte de cada grupo de compañeros, pero como al mismo tiempo todos tenían conciencia de que con este gobierno de mierda por cuatro años no vemos un viaje más, lo militaron con un cariño, se llenaron los bondis.

En otras oportunidades a veces viajaban los 58, más los dos choferes, 60 cupos por contingente. Iban 50, 49, en este fueron todos de 58 y medio, porque de estos viajes no vemos por un rato largo.
Y aunque los ataques son muchos y duele, y la urgencia es pagar la luz y llenar la olla de la noche, porque nadie tiene tiempo para pensar en la de mañana, ya hay varios compañeros que nos plantearon, y en estos días estaremos presentándonos en el ministerio de Turismo Social, que es parte del Ministerio del Interior ahora, para reclamar cupos para el invierno. Medio que nos imaginamos la respuesta, porque el 1º de marzo cerraron todo, pero no vamos a dejar de pelear por esto que nos hace bien, además de lo que necesitamos urgente.

- El Frente Barrial de la CTA-T va a seguir trabajando en todo el país, como lo está haciendo. ¿Qué planes tienen en agenda en lo más inmediato?

- Con el Frente Barrial vamos a seguir trabajando en todos los barrios, vamos a estructurar cada vez mejor. Tenemos el fuerte compromiso de que el FB sea más federal y tenga una orgánica, ya que participan compañeros de las 24 provincias a través de algunas de las organizaciones, pero que sea en serio más federal, que tenga un debate más orgánico y creemos que cada vez en más lugares.
Por ese lado nos alienta mucho. Cuando me dejan hablar me pongo más en los sueños, pero la agenda más cercana es la agenda de la urgencia. Instalar que el grave drama que vivimos en la Argentina y que creció el 15% en seis meses la cantidad de pobres, es el hambre, y la desocupación, porque tenemos 300, 400 mil desocupados más. La agenda más cercana en el tiempo es instalar que, como decía en otras épocas (Alberto) Morlachetti, compañero que también integró la Central, en este territorio hecho de pan, hay muchos que no lo pueden compartir. Eso es lo más urgente. Y después denunciar todo lo que nos viene dañando. Todos los derechos que se nos vienen cortando, a partir de las no políticas públicas de este gobierno, que no son solo de capital humano, de educación, en trabajo, en desarrollo social, sino en vivienda que no está funcionando. Nos interesa Vivienda y Hábitat sobremanera. La infraestructura, las miles de obras que están paradas en el país por el trabajo que en algunas podríamos colar, desde las cooperativas, pero sobre todo por lo que cambia la vida los caminos, la escuela, el entubado del arroyo.
Prácticamente todos los ministerios, y su falta de políticas de implementación de políticas públicas, nos están quitando derechos todos los días a millones de personas. Esa es la agenda más urgente. Actividades tenemos todos los días.

(Entrevista realizada el viernes 24 de mayo de 2024).

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