Hugo Yasky: “Nosotros no nos podemos permitir los mismos métodos que le criticamos a la patota sindical”.
R.C.: Hugo, salió una disposición del Ministerio de Trabajo en relación a la convocatoria de elecciones hecha por Pablo Micheli. ¿Cómo lo interpretás?
H.Y.: Creo que es una resolución que estaba cantada. No asombra a nadie. Ni siquiera al propio Micheli. Se sabía que habiendo un fallo de la Justicia en la Cámara Laboral -que estableció que debía volver a votarse porque se comprobó el fraude- y habiendo un recurso que el sector de Micheli presentó para trabar esa decisión de la Justicia, planteando una apelación a la Corte Suprema, estaba claro que en cuanto se destrabara esa apelación había que proceder a normalizar la CTA cumpliendo con lo que había dicho la Justicia.
Y aquí se da una paradoja. El sector de Micheli va a la Corte Suprema, desiste de la apelación, pero al mismo tiempo convoca a una elección en la que se eyecta, ya no solamente de la CTA, sino de la legalidad. Es decir que la convocatoria que hace Micheli es un simulacro, una puesta en escena, en la que ni ellos mismos creen; porque los lugares de votación son intersecciones de calles, por ejemplo. En los distritos de la provincia de Buenos Aires, tres mesas por distrito. En Santa Fe, una mesa en Rosario para supuestamente todo el padrón electoral de los docentes.O sea, es una elección que apunta simplemente a generar una puesta en escena, un simulacro electoral, con un resultado que está puesto, porque está acordado con la otra lista que participa y para poner a este sector en el papel de víctima. Porque es como si no supieran que la ley no puede convalidar semejante mamarracho legal. Como si no supieran que van en contra de todas las disposiciones de la Justicia. Ahora se asombran y hacen una conferencia de prensa con un gran demócrata sindical, como el enviado por Hugo Moyano, diciendo: “Vamos a defender la legalidad”. La verdad es que esto es una teatralización que no tiene ningún otro sentido más que victimizarse.
Entonces, quienes son victimarios, porque son los autores del fraude, quienes le han impedido por la prepotencia de la fuerza y de una junta electoral amañada ejercer su derecho a elegir a los afiliados, se presentan como víctimas. Tratan de ponerse la piel de cordero, clamar al cielo porque no los dejan ejercer la democracia, y acusan de intervencionismo a quienes les dicen: “No señores, hay que cumplir las leyes y si hay una elección, hay que hacerla de tal forma que sea transparente y que tenga legitimidad.”
R.C.: Lo curioso, Hugo, es que la abrumadora mayoría de sindicatos y organizaciones pertenecientes a la Central, se encuentran en esta perspectiva, mientras que el otro sector, es claramente minoritario. ¿Cuál es la opinión de la mayoría de las organizaciones de la CTA?
H.Y.: La vamos a terminar de conocer en estos días, porque en el transcurso de estas dos semanas, transcurridas desde el que sector de Micheli desistió en la Corte Suprema de la apelación, la mayoría de las organizaciones entiende que ahora no hay ningún impedimento legal para convocar a elecciones desde la CTA, y esto efectivamente es así.
Lo único que nos impedía a nosotros normalizar la situación de la CTA era que estaba pendiente de resolución, la apelación que el mismo Micheli había presentado en la Corte Suprema. Al ser retirada por el propio Micheli esa apelación, hoy está en vigencia el fallo de la Sala IV y hay que reunirse en la mesa de la CTA, para evaluar si vamos a convocar a la elección en las mesas que estaban en la zona del fraude, o si habida cuenta de que han transcurrido más de cuatro años convocamos a una elección general. Lo que está fuera de discusión, es que ahora hay que convocar a elecciones. Y tiene que ser una elección ejemplar. Tiene que ser una elección que cumpla con todos los requisitos legales. Porque la única manera de recuperar la credibilidad, la única manera de subsanar el daño que hizo la imposición del fraude, es haciendo una elección que sea no solamente transparente, clara y participativa, sino que además sea una elección ejemplar.
Yo creo que no nos podemos resignar a que la democracia sindical sea una consigna vacía ni una puesta en escena. No nos podemos resignar a que si alguien convoca a una asamblea ordinaria, como la que convocó ATE hace poco tiempo,antes de que empiece a entrar la gente, ya haya adentro del recinto 800 o 1000 personas que entraron por la puerta de atrás para garantizar el fraude.
Esa parodia de la democracia, nosotros la tenemos que erradicar desde la CTA. Porque la CTA nació, no solamente como una crítica a la entrega que hacían los dirigentes sindicales de la CGT, que se arrojaron en brazos del menemismo, entre ellos Luis Barrionuevo y Gerónimo Venegas, hoy compañeros de ruta de Pablo Micheli, y esto no es una casualidad. Que esto pueda pasar hoy no es casual. La CTA nació cuestionando esa entrega que se hizo del movimiento sindical al menemismo, y también cuestionando las metodologías antidemocráticas que caracterizaron lamentablemente a una gran parte del movimiento sindical. Eso era moneda corriente: todo tipo de elecciones amañadas, todo tipo de imposición de fraude y toda la cantidad de variables que nosotros le conocimos a la burocracia sindical, tratando de subsistir sobre la base de obturar la expresión interna de los trabajadores en la vida de los sindicatos.
Eso es lo que la CTA tiene que recuperar. Hay que trazar una línea que sea absolutamente clara, una línea divisoria entre lo que nosotros queremos como parte de la historia de esta Central, y lo que no nos podemos permitir, precisamente por esa historia. Y el fraude en la historia de la Central, no existe. O sí existió alguna vez, como ha sido en esta anomalía tiene que quedar como tal, como una anomalía. Como un período que, cuando lo recordemos, sea el período en el que de manera anormal -y por única vez- la democracia sindical no tuvo vigencia en la CTA.
Por eso ahora estamos más obligados que nunca a convocar a todas las organizaciones de la CTA, a todos los afiliados, para esta elección. Porque además los afiliados de la CTA no tienen dueño. No es que hay un paquete de afiliados de la CTA que pertenece a Micheli. No es el botín de guerra de Micheli. El sector de Micheli dejó de aportar económicamente a esta Central. Pero eso fue malversación de fondos. Porque también vamos a ocuparnos de esos temas. La cuota de afiliación, cuando un afiliado de ATE la paga, como cuando la paga un afiliado de CTERA, un aeronáutico, un trabajador del calzado, o cualquiera que está en la CTA, hay una parte de ese dinero que es del afiliado que va para sostener el sindicato, y hay una parte de ese dinero que va para sostener la Central. Pero es dinero del afiliado. Micheli no es el dueño de los fondos que recauda ATE. Ni lo es ningún otro dirigente de ATE, como no lo son los dirigentes de Ctera dueños de los recursos de los trabajadores. Y esto también hay que defenderlo. Hay que terminar con la historia, con la creencia, con la naturalización, de que los recursos de las organizaciones sindicales están al servicio de cualquier aberración que decidan sus dirigentes. Eso no es así. Los recursos son de los afiliados porque si nosotros aceptamos que los recursos de ATE pertenecen a Pablo Micheli, evidentemente estamos aceptando la lógica que le da razón de ser a las prácticas de la burocracia. Por eso es que también queremos discutir de qué manera todos los afiliados de ATE, todos los afiliados de las organizaciones que han quedado cautivas de la lógica del fraude, del lado de Micheli, forman parte de este proceso electoral.
Ayer, martes, se suscitaron una serie de inconvenientes cuando delegados, militantes de base, recorrían reparticiones públicas nacionales, distribuyendo la copia de la disposición del Ministerio de Trabajo para informarles a los compañeros, y fueron prácticamente patoteados.
R.C.: Mañana que se cumple un nuevo aniversario del Cordobazo, está prevista esta convocatoria trucha. ¿Cuál es tu mensaje para las compañeras y compañeros de todo el país, frente a estos dos hechos?
H.Y.: Primero, nosotros no nos podemos permitir los mismos métodos que le criticamos a la patota sindical: el agravio, la agresión. Del mismo modo que no nos podemos permitir tener dirigentes sindicales que andan rodeado de culatas, de guardaespaldas. El triste papel que hace Pablo Micheli. llenando de culatas el local donde él funciona y cualquier lugar sindical donde se desplazan algunos dirigentes. Eso nunca lo vimos en la historia de la CTA. Y no hay que permitirlo. Y no hay que permitir que ningún dirigente sea capaz de enviar a grupos de afiliados a amedrentar, a golpear, a impedir que se expresen libremente los que piensan de una forma o de otra.
Respecto a haber elegido la fecha del Cordobazo, creo que la mejor respuesta a eso se la dio la hija de Agustín Tosco el día que Micheli mancilló el apellido de Tosco y el de Walsh, en una conferencia de prensa, sentado codo a codo con Barrionuevo, con el Momo Venegas, con Moyano y con otros personajes de triste historia en el sindicalismo. Creo que la mejor respuesta fue esa desautorización a quien pretende estar bien con dios y con el diablo. Guiños y susurros por lo bajo con la Sociedad Rural, con Magnetto, con los poderosos; por otro lado, abrazos con Barrionuevo, con el Momo Venegas, con el propio Moyano, y guiños hacia los sectores de la izquierda pretendiendo que pueden hacer todo eso porque serían puros. Sería así “Nosotros podemos hacer fraude porque somos ideológicamente puros. Nos corresponde en todo caso, si es necesario, hacer fraude.” Para nosotros no. Nosotros no creemos que el fin justifique los medios, aun si el fin fuera bueno. No creo que sea demasiado bueno el fin de los que se proponen confrontar con un Gobierno que ha llevado adelante políticas populares y democráticas. Creo simplemente que nos tenemos que plantear la necesidad de fortalecer el movimiento sindical en la Argentina. El movimiento sindical no puede ser furgón de cola de la derecha.
Cuando en aquella oportunidad, festejaron como una especie de victoria popular la adhesión a un paro que después, cuando se pasaba la uña sobre el barniz, no era tal, porque en realidad lo que hubo, fue la imposibilidad de muchos trabajadores de llegar a su lugar de trabajo. Pero cuando se festejaba la adhesión a ese paro, esos festejos que se hacían en la conferencia de prensa, coincidían con el festejo en sordina de grupos muy poderosos de este país, que quieren que volvamos a las relaciones carnales con los Estados Unidos de Norteamérica; que quieren que volvamos a tener en la Embajada de Estados Unidos de Norteamérica, una especie de oficina rectora del funcionamiento de la política en la Argentina. Quieren que volvamos a ser abrochados a las políticas del ajuste; que volvamos a tener un país en el que los empresarios sean de la Sociedad Rural, o sean de los grupos bancarios, con una llamadita de teléfono regimenten y disciplinen las políticas del gobierno.
Y creo que cuando uno asocia esto, cuando ve que tanta energía, tanta convocatoria, tanta diatriba, tanto ataque verbal, va dirigido contra un gobierno que está en la mira de los grupos poderosos de este país, está claro entonces que estamos hablando de un movimiento sindical que aplica la metodología del fraude porque perdió el rumbo de las políticas populares.
Y eso es así. No podría suceder que un sector del movimiento sindical que viene de las luchas de la resistencia, aplicara el fraude una y otra vez como lo están aplicando estos sectores, si en el medio no hubiese habido algo que es lo que explica ese desvarío, ese extravío, y es haber perdido la brújula política y haberse puesto en la vereda de enfrente del movimiento popular, que es decir ponerse enfrente de los trabajadores. Creo que esto es lo que explica esta recurrencia, esta compulsión por el fraude en sectores que en otra época se decían combativos. Porque efectivamente, lo fueron en otra época, no ahora, cuando se sientan junto a Barrionuevo, a Gerónimo Venegas y pretenden levantar las mismas banderas de entonces, las banderas combativas, al lado de semejantes personajes.-