Al iniciar el evento, el Secretario General de la Asociación Argentina de Actores le otorgó la bienvenida a la numerosa concurrencia, destacando la importancia de la obra de Lázzaro en cuanto a la defensa de la democratización de la palabra, la implementación plena de la Ley de Medios y el análisis de los desafíos sociales, políticos y culturales que suponen las nuevas tecnologías de comunicación.

La sala Olga Berg de la Asociación Argentina de Actores estuvo colmada de periodistas, docentes, investigadores, actores y representantes de organizaciones vinculadas con la Comunicación Social, la educación y la cultura. Entre los presentes se encontraban el vicepresidente del CoFeCa, Osvaldo Francés, el jefe de gabinete de la Secretaría de Comunicación Pública, Daniel Rosso y el subsecretario general de Presidencia, Gustavo López.

“Geopolítica de la Palabra: reflexiones sobre comunicación, identidad y autonomía” es una edición del Centro de Integración, Comunicación, Cultura y Sociedad (CICCUS), y la Editorial de la UNDAV, que inauguran con este título una colección de obras en co-edición. La obra aborda a la palabra como herramienta constitutiva de las relaciones sociales y de las disputas de poder territorial y simbólico. Recorre las representaciones desde los tiempos de la conquista americana hasta su versión posmoderna y globalizada, en que los signos se diluyen como objeto y como sustancia para ocupar el espacio inmaterial de la nube.

Sobre su libro, Luis Lázzaro afirmó que “No puede haber un cambio social profundo, una plena soberanía sobre nuestros recursos culturales o naturales, sin una distribución de nuestro capital simbólico que nos permita nombrar a la patria como el otro, a nuestra América del Sur como un espacio histórico donde debe proyectarse la estrategia del buen vivir, la nueva forma de la justicia social y la soberanía política. Por eso mi expectativa es que este libro pueda ser una contribución a ese trabajo que tenemos todos por delante”.

Es un texto que propone escuchar el clamor de voces propias y locales que piden ser visibles y audibles, frente al ruido de nuevas prácticas culturales y tecnológicas. La obra se sitúa medio de la batalla informativa y cultural, que atraviesa las políticas de inclusión y redistribución del kirchnerismo, asumiendo que las narrativas se ubican ahora en un lugar central de los conflictos por el poder. Pero ello sucede en el tiempo de la posmodernidad del mundo digital: la cuestión nacional enfrenta entonces nuevos escenarios de representación en el mundo de los algoritmos de Google y de otras corporaciones. En el mundo de Internet y de los consumos audiovisuales a demanda, las políticas que protegen la producción nacional de contenidos –como la Ley 26.522- se ven atravesadas por nuevos conflictos y desafíos.