Discurso de Hugo Yasky
Compañeras, compañeros, gracias por esta presencia militante, por esta presencia con mística, convicción; gracias por regalarnos a todos los que estamos de este lado hoy, esta hermosa imagen con los compañeros y las compañeras de la CNCT; con las compañeras y compañeros de la CTA diciendo que la clase trabajadora es una sola, que no hay trabajadores sindicales, no hay trabajadores cooperativizados, hay clase trabajadora. Y eso lo tenemos que decir con el orgullo de ser parte de esta construcción.
Gracias al ministro de Trabajo, Wado, Martín, Adriana, a todos y a cada uno de los que están aquí acompañando esto, porque mañana cuando algunos digan que la CNCT y la CTA hicieron para conmemorar el 1º de Mayo, un acto oficialista, vamos a decir: Sí, hicimos un acto oficialista porque en un país con un gobierno popular y democrático la clase trabajadora sabe que tiene que estar del lado de la vereda del pueblo.
“Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode”. Hoy esta consigna tiene valor y nosotros vamos a trabajar para que en un próximo 1º de mayo esta unidad se amplíe.
El año pasado los compañeros de la CNCT y de la CTA en distintos lugares y al mismo momento nos paramos el 1º de Mayo y convocamos. Hoy estamos convocando juntos y nosotros tenemos que plantearnos que la unidad de la clase trabajadora tiene que ir más allá de los compañeros del movimiento cooperativo, de la CTA. Hay que convocar a una unidad del campo popular y de la clase trabajadora, que tenga como identidad la que se construyó en estos años de lucha, en estos 12 años, la identidad de la clase trabajadora hoy, es la síntesis que representa el kirchnerismo y ahí estamos parados quienes formamos parte de esta construcción.
El 1º de mayo tiene que servir para recordar a los que en este país, a principios del otro siglo traían el germen de las ideas socialistas, anarco sindicalistas, comunistas, y después en el 45 esa irrupción del pueblo, de la clase trabajadora construyendo esa síntesis que fue el movimiento nacional y popular que expresó el peronismo. Hoy en el Siglo XXI, esa identidad, hay que ponerla como base a una nueva unidad militante que nos permita defender este tiempo de transformación y garantizar que la derecha, las corporaciones económicas, los dueños de la tierra, de los multimedios, no vuelvan a poner las manos en la Casa Rosada, porque saben bien, es la casa del pueblo.
Nosotros queremos reivindicar a la militancia sindical que en la CGT, en las organizaciones de base, en las provincias, y en muchos sindicatos, tiene compañeros honestos, luchadores, consecuentes. Quiero empezar diciendo esto para ganarme el derecho a decirles a los que van a buscar lo que ellos piensan, de ese nuevo núcleo de poder, a los que se reúnen con Macri, y descubren parecidos con Perón, que están escupiendo contra el viento, que están queriendo poner a la clase trabajadora de furgón de cola de la derecha de los sectores más reaccionarios, de los que quieren volver a una Argentina con neoliberalismo.
Y nosotros compañeros, tenemos que pelear para que el Estado Nacional tenga recursos. No nos podemos comprar el verso, el canto de sirena, de que hay que terminar con los impuestos. Ese es el discurso que les gusta a los empresarios. Al revés, hay que ir a una reforma tributaria para que paguen más lo que más tienen, hacen falta más recursos, hace falta más presupuesto educativo, de salud; hace falta financiamiento para el movimiento cooperativo. En ese contexto de disputa y de avance en la distribución de las riquezas, entendemos que es válido discutir el tema de la cuarta categoría, pero no nos queremos comprar el espejito de color que nos quieren vender los que prometen con esa demagogia que tiene esta nueva derecha que se va a eliminar ese impuesto. Porque atrás de la eliminación de ese impuesto, viene la eliminación del impuesto para los grupos empresarios, de las retenciones, de los controles a la salida de divisas, el capitalismo salvaje que nosotros conocimos en los 90 y no hay que comprarle este espejito de colores a la derecha. El movimiento sindical tiene que defender un proyecto de distribución en el que la clase trabajadora tenga protagonismo. Y este compromiso lo expresa este acto.
Para nosotros, acá están los compañeros que conducen la CNCT, la CTA, acá hay mucha militancia, hay muchos dirigentes sindicales, todos tienen algo en común que nos enorgullece, vivimos como viven los trabajadores, no nos da vergüenza, nos sentimos orgullosos, somos parte de la clase que puso el pecho para que este país se sacara de encima los milicos. Por eso queremos enviarle a Hebe de Bonafini, a las Madres, un fraternal abrazo, el mismo que le repitieron los compañeros. Queremos enviarle a todos los que sufrieron la pérdida de un familiar, de un hijo, de una hija, de un padre, de una madre, de un hermano, de una hermana, esos 30 mil desaparecidos fueron lo mejor de la sangre que corría por las venas de la clase trabajadora. Y esa hemorragia genocida fue para ponerle freno al avance de un país que de la mano de los trabajadores buscaba el camino de la liberación nacional y social.
Hoy con orgullo les decimos: Somos apenas, humildemente, la continuidad de esos grandes militantes; somos apenas, un pedacito de esa historia que hoy viene a asumir acá un compromiso y el compromiso es no poner al movimiento sindical atado a un proyecto que es el proyecto de volver a una Argentina, en la que haya desigualdad, marginación social y nos quieren hacer creer que estamos a las puertas del fin de ciclo. Quieren que nos sintamos apesadumbrados, derrotados, que resignemos de antemano lo que conquistamos. Me da mucha pena pensar que haya dirigentes sindicales que vuelvan a una suerte de ingenuidad política, un sindicalismo “naif” que descubrió luego de 40 años de lucha, descubrió el valor de la demanda corporativa. Compañeros, la demanda corporativa si nos encapsula, si no nos deja ver la disputa de la clase trabajadora, si no nos hace sentir parte de este pueblo, la disputa corporativa es poner al sindicalismo en línea con la peor tradición amarilla del movimiento gremial, es poner al sindicalismo de rodillas ante las patronales y los grupos económicos.
Y esto no equivale a decir que no vamos a plantear lo que haya que plantear, lo dijo Pedro, lo dijo Miño. Si miramos para atrás, es mucho lo que conquistamos, pero cuidado, todo esto que conquistamos no está esculpido sobre mármol, hay que defenderlo, porque cuando el FMI, dice, como dijo hoy que la Argentina necesita controlar el avance de los salarios, que tiene que ponerle límite al gasto social, que tiene que reducir los presupuestos, que tiene que devolverle a los mercados plena libertad, cuando dice eso le está diciendo al candidato de la derecha, a Macri, a Aguad, a Sanz, el mandato que tiene que cumplir y nosotros sabemos que lejos de estar derrotados, lejos de estar entrando en lo que ellos sueñan, ese sueño erótico de estos personajes, el del fin de ciclo. Acá, como lo decía la consigna, ni un paso atrás, nadie se rinde. El pueblo está de pie, el pueblo va a pelear palmo a palmo cada metro de lo que conquistamos.
Compañeros y compañeras, hace 10 años le dijimos no al Alca, de la mano de Néstor Kirchner; de la mano del comandante Chávez; de Evo, de Lula, hace 10 años en Mar del Plata fuimos capaces por primera vez, de poner a los presidentes en sintonía con el sentimiento de su pueblo. Primera vez que de pie, frente al dueño del imperio, de pie le dijimos: No al Alca y eso hay que reivindicarlo. Porque esa conquista significó abrir este tiempo de oportunidad en América Latina. Por eso cuando nos dicen que somos oficialistas del gobierno de Cristina Kirchner, nosotros le decimos: Se quedan cortos, se quedan cortos, porque en Venezuela seríamos oficialistas de Maduro y de Chávez; en Cuba seríamos oficialistas de los comandantes Castro; en Bolivia de Evo Morales; en Ecuador de Correa, y así en cada país. Lo que no vamos a hacer nunca, lo que nos distingue y es nuestro rasgo de identidad, lo que jamás va a suceder, es que seamos oficialistas de Magnetto, de la Sociedad Rural, de Macri, de la derecha, de los militares, de los que pretenden hundirle la cabeza al pueblo en el barro y no nos van a hacer retroceder ni un paso. Hay coraje, hay historia, voluntad, temple, ejemplo. Los que amenazan a las Madres de Plaza de Mayo; los que amenazan a Carlos Rozanzki, el juez que se banca seguir adelante con las causas. Los que piensan que a través de la intimidación nos van a paralizar, que sepan que el pueblo cuando está convencido, unido, cuando sabe qué es lo que tiene que defender, no hay amenaza, no hay violencia, no hay ocultamiento, no hay nada que lo pueda detener. Y esta es la razón por la cual nosotros seguimos adelante.
Y en este 1º de Mayo, que para nosotros es una fecha de lucha, de compromiso, de alegría no queremos dejar de decir que nos lastimó la muerte de los dos chiquitos en este barrio de Flores, en este taller clandestino. Cuando hicimos la conferencia de prensa, qué valentía la de los cinco maestros de la escuela de los pibes que vinieron a mostrarse con los guardapolvos blancos. Casi a la misma hora que se reunían con Macri algunos dirigentes sindicales. Qué valentía la de los maestros. Y decimos: nosotros el jueves, todos los que estamos acá, y todos los que podamos traer, el jueves hay que ser miles, frente a la Subsecretaría. de Trabajo para decirle que los trabajadores no les soltamos la mano a ningún trabajador; no le damos la espalda a un hecho ante el cual decimos: no a la impunidad, tiene que haber juicio, tienen que pagar los culpables, tiene que terminar la impunidad, la complicidad entre grupos empresarios y un gobierno que mira para el costado cuando sabe que esto pasa delante de sus narices.
Por eso compañeros y compañeras, hermoso 1º de Mayo mañana, felices de este acto pero conscientes de que la lucha continúa. Que esta lucha no termina en octubre. En octubre va a haber un escalón más alto. En octubre Vamos a demostrar que cuando el pueblo sabe lo que defiende no baja los brazos. No hay derrota. Fuerza, a seguir peleando, a reivindicar con alegría este momento que estamos viviendo.