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Declaración conjunta de la CES y las centrales sindicales argentinas
En un encuentro celebrado el pasado martes 2 de julio, la Confederación Europea de Sindicatos (CES), la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT-RA), la Central de Trabajadores de la Argentina-T (CTA-T) y la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-A) emitieron una declaración conjunta. En ella, reafirman su compromiso con la defensa de los derechos laborales y la dignidad de los trabajadores, frente a la creciente amenaza de las nuevas derechas en Argentina y Europa.
La declaración subraya la importancia de las libertades individuales y colectivas de los trabajadores, incluyendo el derecho a condiciones de trabajo dignas, una remuneración justa y la conciliación de la vida laboral y familiar. Las centrales sindicales destacan que estas libertades están amenazadas por intereses corporativos y políticos que buscan revertir los avances logrados. Además, advierten sobre el peligro que representa el auge de los grupos de extrema derecha, que aprovechan el malestar económico para promover políticas antidemocráticas y excluyentes.
El documento denuncia los efectos negativos de las políticas de austeridad y ajuste fiscal en ambos continentes. En Argentina, se señala cómo las medidas impuestas por el FMI y las políticas de ajuste han llevado a una crisis económica severa, con una inflación descontrolada, una pérdida significativa del poder adquisitivo y un aumento alarmante de la pobreza. En Europa, la crisis económica de 2008 y las consecuentes políticas de austeridad han debilitado el poder sindical y han generado una crisis del costo de vida que afecta a las comunidades de trabajadores.
Las centrales sindicales destacan la importancia de la solidaridad y la unidad en la diversidad como herramientas fundamentales para enfrentar estos desafíos. Hacen un llamado a la creación de alianzas que fortalezcan la confianza en la política y la democracia, y subrayan la necesidad de defender las instituciones democráticas y los derechos fundamentales de los trabajadores a nivel internacional.
Finalmente, la declaración concluye con un compromiso firme de las centrales sindicales para continuar trabajando juntas en la coordinación, la inspiración y la innovación hacia un objetivo común: una vida mejor con justicia social y oportunidades para todos.
Documento: Declaración conjunta de la CES y las centrales sindicales argentinas
Como movimientos sindicales de Europa y Argentina, estamos unidos en nuestro impulso para proteger el derecho de los trabajadores y las trabajadoras a una vida digna.
Compartimos nuestra común determinación de fortalecer las libertades individuales y colectivas de los trabajadores para tener voz y voto sobre las decisiones que dan forma a sus vidas, el derecho a condiciones dignas de trabajo, el derecho a su sustento de vida, el derecho a conciliar la vida laboral, la vida familiar y social y el derecho a una retribución justa tanto en su trabajo como en su retiro jubilatorio.
En ambas regiones como en el resto del mundo, estas libertades están amenazadas. Intereses corporativos y políticos están tratando de hacer retroceder los avances de los trabajadores y sus sindicatos. Los grupos de extrema derecha están aprovechando la insatisfacción económica y el malestar social para imponer sus políticas antidemocráticas, que consolidan la exclusión y de miseria, con promesas de futuros pródigos indeterminados.
Los mismos enemigos, una misma solución desde el movimiento sindical: la solidaridad
Los sindicatos y la extrema derecha estamos en lugares opuestos. La extrema derecha busca dividir y conquistar, los sindicatos bregamos por unir a los trabajadores reconociendo su diversidad. Las experiencias recientes, tanto en Argentina como en Europa, demuestran que cada vez que la extrema derecha llega al poder, busca silenciarnos, detener nuestra acción, reprimir y eliminarnos.
La experiencia de una derecha extrema en Argentina configura un “leading case” que pretende someter toda reivindicación de los trabajadores a políticas de austeridad fiscal y monetaria con el único propósito de dar señales a los mercados financiero, con consecuencias catastróficas en la economía real.
Los sindicatos, por encima de todo, creemos en la solidaridad: buscamos una vida mejor, con justicia social y oportunidades para todos y todas. Defendemos la unidad por encima de la división. Quieren que nos sintamos aislados y desmovilizados, pero dondequiera que miremos, vemos a trabajadores y trabajadoras descontentos que se levantan y luchan por sus derechos. Continuaremos trabajando juntos e inspirándonos en nuestra historia y nuestra causa común.
La raíz del problema: la austeridad y las políticas de ajuste
El paralelismo entre ambos continentes es inocultable. El crecimiento de las derechas extremas, tiene lugar en un contexto político-económico en el que la seguridad laboral y los ingresos profesionales y económicos se están desmantelando.
En Argentina, el mayor préstamo del FMI que tomó el gobierno de centroderecha de Macri produjo en el país fuertes recortes en nombre de la austeridad. Las condicionalidades impuestas por el organismo financiero internacional y las políticas de ajuste de Javier Milei, conllevaron en 6 meses a una mega devaluación de la moneda, un descontrolado proceso de crecimiento de la inflación, un importante pérdida del poder adquisitivo de los asalariados, jubilados y la población en general, la reducción exponencial del gasto público en términos nominales con grandes consecuencias en términos reales, la paralización de las obras públicas y de las inversiones en el sector privado, despidos en el sector público, la retracción del comercio y la industria, y el crecimiento exponencial de la pobreza y la indigencia, la cual subsume a más del 60% de la población a la insatisfacción de necesidades básicas. La adopción de la denominada Ley Bases pone en el centro de la escena a un poder legislativo débil, que confunde gobernabilidad con complicidad.
En Europa, las medidas de austeridad también se han impuesto en diversos grados desde la crisis económica de 2008, a menudo asociadas a medidas destinadas a debilitar el poder sindical. La consiguiente crisis del costo de la vida ha extendido sentimientos de ansiedad y de falta de poder entre las comunidades de trabajadores y trabajadoras. En busca de las razones por las que sus condiciones están empeorando, muchos se han dejado seducir por la narrativa fácil de la extrema derecha que utiliza chivos expiatorios y culpa a los más vulnerados de nuestras sociedades.
Es indispensable crear alianzas que permitan recobrar la confianza en la política como llave maestra de las democracias. La reivindicación de gobiernos autocráticos, cuyos actos de gobierno interpelan mandatos constitucionales, ponen en cuestionamiento la institucionalidad democrática, contexto indispensable para la participación y libre organización de los trabajadores a través del sindicalismo.
Proponemos esperanzas, no odio
A pesar de este contexto, los trabajadores y las trabajadoras están tomando posición. En sus sindicatos, están registrando importantes luchas para defender sus puestos de trabajo, las condiciones laborales y sus salarios. A nivel nacional, las movilizaciones históricas contra los recortes de austeridad y en defensa de la democracia están sentando las bases para las victorias del mañana. Nuestra lucha debe ser la lucha de la sociedad en su conjunto y por eso los sindicatos y las diferentes expresiones de la sociedad nos mancomunamos en defensa de la democracia, las libertades y nuestros derechos. La unidad en la diversidad es nuestra herramienta más fuerte contra estas políticas.
La lucha por nuestras instituciones, por la democracia y por nuestras libertades fundamentales es internacional. Nos comprometemos a seguir trabajando juntos para coordinar, inspirar e innovar hacia nuestro objetivo común.