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#7M: Día de la Visibilidad Lésbica.
Entrevista a Maria Luisa Peralta, activista lesbiana.
Primero qué nos puedas contar algo de vos, ya que lo personal es político.
Nací en Rosario, me vine para Buenos Aires cuando termine el secundario para estudiar Ciencias Biológicas en la Facultad de Exactas, estuve unos años haciendo investigación científica en biología y después decidí dejarlo.
Soy activista lesbiana desde el año 1996, estuve en distintos grupos sobre distintos temas, algunos eran sobre lesbianas, otros eran LGTB, por distintos tipos de enfoque. Todos los grupos de lesbianas hemos trabajado mucho la cuestión de la visibilidad, pero además en estos grupos en los que estuve trabajábamos mucho lo antirrepresivo, la cuestión de Derechos Humanos, en ese sentido ciertos cambios legislativos, participe en distintas iniciativas de derogación de alguna normativa y de sanción de algunas otras leyes.
Hace muchos años que trabajo sobre archivos, hago mi archivo personal desde que empecé a militar. También fui parte de la fundación de potencia tortillera y ahora estoy en sexo y revolución, que es un programa de merorias, políticas, feministas y sexogenericas que funciona en el Seminci y también ya hace varios años que me ocupo de manera muy fuerte de maternidades lésbicas, familias LGBT, estuve en la fundación de Les Madres en 2010 y ahora estoy en un grupo que se llama Anti Natural, Lesbianas por la justicia reproductiva, esto hace bastante porque tengo un hijo en CoMaternidad, lo geste a partir de inseminación artificial y que nació en 2008, el cual fue uno de los primeros que fue concebido en CoMaternidad, ya que ahí hay toda una cuestión del acceso a las tecnologías, a les mediques, en esos años no teníamos la posibilidad de anotarles con dos madres, entonces ahí aparece todo ese activismo en torno a ese cambio legislativo y a la discusión sobre la existencia de las maternidades lésbicas.
Mi trabajo ahora es una organización que se llama Cajata, equipo de trabajo en sexualidades y géneros que nos dedicamos a derechos de las personas LGBT y derechos sexuales en general a nivel regional y a nivel internacional, yo me ocupo del trabajo de mi organización a nivel InterAmericano, somos parte de una colisión que trabaja en el espacio social civil de la OEA.
Yo soy Anarquista, he estado en organizaciones anarquistas, en grupos AntiRepresivos, soy parte del colectivo de una editorial que fundamos con compañeras y compañeros anarquistas que fundamos en el 2007 y seguimos sosteniendo hasta el día de hoy.
¿Qué significado tiene para vos el 7 de marzo?
En este punto quiero hacer hincapié en que el 7 de marzo es una jornada de lucha, que tuvo su inicio en un hecho trágico, ya que a veces sucede en algunas fechas que solo se va quedando con lo más celebrativo y a veces también lo mas liviano, entendiendo en este sentido que a veces es necesario ante un sistema que nos descarga distintas formas de violencia, necesitamos también celebrar nuestras existencias, nuestros logros colectivos, nuestros planteos políticos, pero si sucede que ante esto se pierde el contenido más difícil, pero a veces resulta más cómodo hablar de celebrar la visibilidad lésbica y omitir que esta fecha es por un hecho muy trágico que se desprende de toda la matriz que estructura la sociedad, como una sociedad profundamente heterosexista, profundamente lesbofóbica, una sociedad patriarcal que por lo tanto intrínsecamente es heterosexista, entonces general múltiple violencias hacia las personas LGBT.
El 7 de marzo fue asesinada Pepa Gaitán, una torta chonga, masculina, cordobesa de un barrio popular, cuya familia tenía funcionando un comedor popular, ella también trabajaba ahí, estaba de novia con un chica y el padrastro de esta misma estaba profundamente en contra de esta relación lésbica, luego de todo un conflicto lleno de hostilidad, la mata a Pepa de un escopetazo.
Pero, es importante remarcar que no es solo ese individuo, no es un loco suelto, un violento extremo en el vacío, hay personas que llegan a esas violencias extremas, pero ese extremo es justamente de un rango, de un abanico de violencias distintas que aparecen desde las familias de origen hasta llegar a esos casos, pero en el medio está la familia, la escuela, la legislación, las instituciones públicas, hay toda una matriz social que es HeteroSexista y CisSexista, y que entonces esta exclusión ante las personas LGBT es parte de nuestro cotidiano, no solo cuando llega el momento extremo de violencia, como una golpiza, entonces estas violencias toman distintas formas, muchas veces son los contenidos culturales, como se habla de nosotras en la TV, en los medios, las formas en que las instituciones no tienen un lugar no tienen una validación para el desarrollo de nuestras existencias, entonces por muchos años no se reconocieron nuestros vínculos de parejas, ahora hay una Ley de Matrimonio, pero hay también un reconocimiento de las uniones de hecho en el código civil comercial de la nación en el 2015, entonces si podemos tener ciertas garantías de pensiones, en el caso de que nuestra pareja esté incapacitada, de pedirnos licencias.
Pero, más allá de esto hay vínculos que construimos las lesbianas que no están reconocidos, de apoyo mutuo, de alto valor afectivo, muchas veces con nuestras ex parejas, nuestras amigas que son nuestra trama de sostén, pero como no son la familia patriarcal, nuclear, convencional y no son formas homologables que es lo que sí sucede con el matrimonio igualitario que es una forma homologable lo que aparece como el ideal de familia convencional y heterosexual, es asi como quedan por fuera del ejercicio de los derechos.
Los hogares no son tampoco un lugar seguro para las personas LGBT, son un ámbito de adoctrinamiento HeteroCisSexista, de abusos de todo tipo, también sucede en las escuelas, en los grupos de amistades, grupos de trabajo.
Un caso para recordar en este sentido es el Marcela Crelz, asesinada por su madre en el partido de La Matanza por ser lesbiana, este hecho ocurre cuando Marcela decide llevar a su novia a vivir a la casa que había construido y estaba ubicado en el mismo lote donde vivía su madre.
Existe una gran dificultad de la que también quiero hablar, que es la violencia económica hacia las lesbianas, la falta de acceso al mundo laboral, que a veces tiene que ver con la cuestión de la apariencia física, otras veces con la desigualdad salarial que aún existe entre varones y mujeres, en este sentido cuando el hogar es sostenido por mujeres solas o cuando son dos lesbianas este modo de violencia se acrecienta aún más.
Otra dificultad es la falta de acceso a la vivienda, en la Provincia de Buenos Aires muchas veces no podemos acceder al alquiler por ser lesbianas, este es uno de las problemáticas más profundas que sufre la clase popular en este país.
Entonces el día de la visibilidad lésbica es construido por las lesbianas para mostrar todas estas realidades que hacen a nuestras existencias lesbianas, en memoria del asesinato de la Pepa Gaitan y así la necesidad de salir a ser claras, que no la matan por ser mujer pobre, la matan por ser una lesbiana chonga, que además si, era de un barrio popular.
La solución a estas violencias no son seguir alimentando discursos, políticas y prácticas punitivistas, no se soluciona con mano dura y aumento de policías, estas medidas se han usado siempre para empeorar la existencia de algunos grupos sociales que ya funcionan como chivo expiatorio, personas de clase populares, adolescentes, migrantes y personas LGBT.
¿Cuál es tu percepción ante nuestra visibilidad en los distintos ámbitos de trabajo y sindicales?
Desde lo sindical, las lesbianas hacemos activismo en distintos ámbitos, y muchas veces este no se reconoce, no solo por el hecho de decir que somos lesbianas, sino que haya un registro organizativo de todo el trabajo que hacemos las lesbianas que va desde poner el cuerpo, desde lo emocional, intelectual. El sindicalismo es un ámbito patriarcal, donde el hecho de visibilizarnos como lesbianas, hace en ese sentido que las compañeras incluso tengan ciertos temores de expresar sus identidades, orientaciones sexuales. Más allá de trabajar con los varones el hecho de que se puedan correr de esos lugares machistas, es también elaborar mecanismos y dotar de herramientas colectivas para que las compañeras puedan romper con ciertas lógicas heteronormativas a las que también algunas veces están sumergidas.
Agregar que hay muchas compañeras lesbianas a lo largo del tiempo que han hecho un trabajo enorme en el plano sindical, como Teresa De Rito que fue militante en UPCN en los años 80, que dio muchas discusiones y batallas por las mujeres, las tortas hemos trabajado siempre por las mujeres en general. Fue la primera lesbiana visible, incluso mucho antes que Ilce Fuscoa, y que ahí hay algo muy importante que es que Teresa era una compañera laburante, de clase popular, que tuvo un enorme valor ante su militancia sindical, que siempre hizo visible su lesbianismo en estos sectores.
En el ámbito laboral, donde la heterosexualidad se ve reflejada en frases como, “A mi no me molestan las lesbianas, los gays, mientras lo sean entre cuatro paredes”, en un mundo donde a las personas ya se las presupone como heterosexuales, ya que esta misma esta como expresaba Adrienne Rich la Heterosexualidad Obligatoria es un régimen político, vinculado al patriarcado. Las lesbianas en los ámbitos laborales muchas veces nos ocultamos por grados de violencias que muchas veces no es consciente, si pensamos en ejemplos concretos en el ámbito laboral formal, las lesbianas si teníamos a nuestra pareja enferma no podíamos acceder a pedirnos una licencia, porque ese vínculo no era reconocido, a esto te lleva la invisibilidad en el ámbito laboral, a su vez visibilizarse tienen sus diversas maneras en las que podemos ser violentadas por la cultura patriarcal.
Durante los 90 en EE.UU hubo empresas con esta política del Gay Friendly que contrataba lesbianas, gays, personas trans, por ejemplo IBM fue una de las empresas empleadoras de personas LGBT, había aquí una captación de esa mano de obra y estas personas muy fiel a la empresa, ya que sino no podían mantener su trabajo.
¿Qué herramientas podemos darnos para construir más interacción entre el movimiento LGBTIQ+ y el sindicalismo?
Acà el punto central es la conciencia de clase que muchas veces falta en el movimiento LGBT que no se reconoce como parte del sindicalismo y este mismo no nos ven como trabajadores y trabajadoras, aparece esta idea de que la gente puede separar las distintas formas de su existencia, si vas a estar hablando de cuestiones sindicales, no estas hablando de cuestiones sexuales, y esto no es así, ya que a nuestras distintas formas de nuestra existencia las reencarnamos simultáneamente.
La interseccionalidad en este sentido es muy importante, porque viene a mostrarnos que la discusión histórica de que si primero va la cuestión de clase, que la cuestión de género queda sin sentido, porque todo va en un mismo eje, lo mismo con la sexualidad y tener esta discusión al mismo tiempo.
Hoy el contexto político para nuestro activismo es muy distinto que hace 40 años atrás, donde la sociedad no tomaba nuestros reclamos, hoy existe otro reconocimiento, estas alianzas hacen también que podamos ver que no se trata solo de reclamos sectoriales, sino de reclamos de beneficios más amplios, como por ejemplo el código de vestimenta de las empresas que esta solo pensando para hombres y mujeres, saltando por arriba más allá de la identidad de género o la orientación, sino también la expresión de género que tengamos que pueden ser distintas por fuera de que antes mencionaba.
Es clave dar estas discusiones en los ámbitos sindicales, que por ejemplo tienen que ver con esto que decía antes, el código de vestimenta, donde quizás una mujer está expuesta a estar con tacos agujas 8 hs. a diario y no desea hacerlo, incluso y esto es muy importante por cuestiones también que tienen que ver con la salud de las trabajadoras, los trabajadores y les trabajadores, entonces es pensar cómo las violencias se ven reflejadas también cuando nos imponen una expresión de género determinada, que se supone correcta, atractiva directamente pensando desde y para los varones.
Otra discusión interesante es también porque las cuestiones que tienen que ver con las licencias, coberturas médicas, jubilaciones y a que muchas veces se plantean en términos matrimoniales, y ahí es pensar más allá de parejas heterosexuales, homosexuales, lésbicas, sino para otras personas, porque si pagamos con una parte de nuestro sueldo la cobertura medica, porque no podemos elegir un acuerdo solidario con otra persona que no este basado en los términos matrimoniales que siguen siendo pensados desde y para la familia heterosexual.
Preguntarnos, ¿Por qué ciertos derechos no podemos elegir compartirlo en solidaridades de clase y afectivas, que no sean solo en términos de pareja? Siguen quedando por fuera otras múltiples formas de vínculos y alianzas, ya que es lo que sale de nuestro propio salario, de nuestra fuerza trabajo.
Para cerrar, recordar una fuerte alianza que el movimiento LGTB y el sindicalismo tuvo en los años 90, que fue el sindicato de actores, pero fundamentalmente el sindicato de Aeronavegantes que en ese momento era liderado por Alicia Castro, ese momento fue el peor del HIV Sida que había muy poca medicación, y Aeronavegantes tenía una cantidad de trabajadores y trabajadoras que eran gays y lesbianas y peleó muy fuerte por el reconocimiento de los gastos relativos al HIV Sida de sus trabajadores.