No fue un día más. Trancurridos 39 años de la implantación del terrorismo de Estado por la dictadura cívico militar, ese tiempo se convirtió en un gigantesco acicate para las organizaciones populares que, en su abrumadora mayoría, se volcaron a las plazas de todo el país. Y otro tanto ocurrió con miles de ciudadanas y ciudadanos que, de modo espontáneo y sin pertenecer a ningún agrupamiento, sumaron sus presencias entusiastas a esta conmemoración multitudinaria.
El documento leído al cierre fue un fiel reflejo de esta voluntad mayoritaria que supo aunar el sentido recuerdo por los caídos y la indisimulable alegría del festejo por más de tres décadas de democracia ininterrumpida.
También fue muy evidente y explícito el respaldo unánime a los logros obtenidos en los últimos doce años; la determinación de defender al gobierno popular de Cristina Fernández de Kirchner ante los embates de los grupos de poder y, desde luego, el renovado compromiso de avanzar por lo que falta sin hacerle concesiones a nadie.
Ayer, en la Plaza de Mayo y en otras plazas del país, la CTA de los Trabajadores ratificó su linaje de lucha y su principio de no neutralidad cuando la causa del pueblo está en juego.