Exigimos que de inmediato cese la represión y que en lugar de balas de goma y palazos, la respuesta sea la reincorporación de los 4500 despedidos ya que nadie puede aceptar que semejante cantidad de trabajadores puedan ser arrojados como si fueran material descartable.
A raíz de estos hechos y de los otros que involucran a mas de 12000 cesanteados, a los que se quiere estigmatizar con la figura de “ñoquis” pretendiendo poner en esa condición a quienes revistan en el Estado en calidad de contratados, la CTA presentará una denuncia a la Confederación Sindical de las Américas y a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a quien además solicitará la constitución de una comisión de expertos para constatar la arbitrariedad y la ilegalidad de estos despidos y lograr la revisión, caso por caso, de los mismos.