, por Página12

Son tres empleados de la línea B

Asbesto: Metrovías reconoció que hay trabajadores afectados

La empresa Metrovías reconoció en una comunicación interna, a la que tuvo acceso este diario, que hay tres trabajadores del subte de la línea B afectados por asbesto.

Según explicaron desde la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (Agtsyp) se trata de empleados de los talleres a los que les diagnosticaron placas pleurales, es decir, un engrosamiento de la pleural producido por la exposición al material contaminante, cuya presencia en los subtes porteños vienen denunciando hace casi dos años los metrodelegados. También contaron que en forma verbal, la empresa elevó el número de afectados a cinco, aunque sospechan que hay muchos más, ya que faltan analizar 300 trabajadores de tráfico de la B y la totalidad de empleados de las otras líneas.
La comunicación "Plan de eliminación de amianto en la Línea B", de la gerencia de Recursos Humanos de Metrovías, sostiene, a contramano de lo que denuncia el gremio, que el "el riesgo para la salud está circunscripto a los talleres durante la manipulación y pulido de las piezas que contienen amianto". Y explica que en el marco del plan de Vigilancia de la Salud que desarrolla junto con la ART, se realizaron "exámenes neumonológicos en el Hospital Británico", en el que se encontraron en tres personas "hallazgos vinculables a la exposición de asbesto, en todos los casos sin síntomas".

Al respecto, el sanitarista y presidente de la fundación Soberanía Sanitaria, Nicolás Kreplak, dijo que hablar de que "no tienen síntomas" es querer bajarle el tono a un hecho "muy grave". "La exposición a las fibras de amianto causa enfermedades que afectan la pleura, como el mesotieloma, que es un cáncer, o la asbestosis, una fibrosis pulmonar. Y la aparición de engrosamiento pleural, en ausencia de otra enfermedad, es grave".

El secretario general de Agtsyp, Roberto Pianelli, consultado por este diario, dijo que tras las sucesivas denuncias del gremio "la ART incorporó a los trabajadores de los talleres de la línea B, y a los conductores y guardas, en el Registro de Agentes de Riesgos (RAR). Ese agente es el amianto. Y se los mandó a hacer estudios específicos para detectar si les produjo algún tipo de enfermedad: espirometría, placa de tórax y, luego de la lectura de los resultados por especialistas, cuando ven algún indicio, una tomografía computarizada".

Los casos que dan positivo se consideran una enfermedad profesional derivada de la inhalación de las fibras de amianto, que pueden producir diversos grados de patología: placas pleurales, asbestosis o cáncer de pulmón, con una latencia de entre 15 y 20 años. Por esta razón, los trabajadores deberán continuar haciéndose estudios aun después de jubilarse.

Los empleados que se sometieron a estudios médicos pertenecen a los talleres de Rancagua y Villa Urquiza, donde trabajan alrededor de 160 personas. Aún restan analizar, entre conductores y guardas, unos 300 trabajadores de la B, la más complicada por la presencia de amianto. Aunque los estudios que hicieron los metrodelegados de forma unilateral con la Universidad del Sur, detectó asbesto en los coches Nagoya de la Línea C, en las General Electric de la E y en las Mitsubishi de la D.

En la línea B, que une Juan Manuel de Rosas y Leandro Alem, tras la salida de circulación a mediados del año pasado de los CAF 5000, comprados con amianto a España, las fibras contaminantes se encuentran en la flota Mitsubishi, como lo reconoce detalladamente el Programa de gestión de asbesto de Metrovias, un documento fechado el 30 de julio, al que accedió Página/12.
En esa nota dirigida a Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (Sbase), la empresa presenta un cronograma para reemplazar antes de fin de año todas las partes comprometidos por el asbesto en las formaciones Mitsubishi, y las enumera: estufa de cabina, techo de cabina, tapas totales de la flota, aislador de resistencia de tracción y freno, compresor, contactor, gabinete contactor de luces, caja interruptor principal, entre otros.

En tanto un comunicado de la empresa fechado este miércoles, en el que no hacen referencia a los empleados afectados hasta el momento, señala que "la detección resultó positiva en un 50% de los elementos analizados", y que está en curso el proceso de desasbestización. Al mismo tiempo aseguraron que "se realizaron tomas de muestra y análisis de calidad del aire" en los talleres y "dosimetrías al personal para medir la presencia de asbesto". Y "en todos los casos los valores obtenidos fueron muy inferiores a los admitidos por la normativa y similares a los que se obtienen en la vía pública".

Por su parte, los metrodelegados exigen que se incorpore a todos los trabajadores al RAR para garantizar que se les realizaran los controles de salud a lo largo de la vida; que se concrete la contratación por parte de la empresa del lavadero industrial para el lavado de la ropa de los trabajadores, que ya no pueden llevarse las prendas contaminadas a su casa por el riesgo de enfermar a sus familiares. Y que se llame a una licitación para comprar unidades que reemplacen a los Mitsubishi, como se hizo con los CAF 5000, porque, según explicaron, el plan para desamiantizar las formaciones es inviable. "Los trenes están recubiertos con amianto porque en Japón los coches circulaban también en la superficie, y por la nieve, lo ponían como aislante".